Los inversionistas suelen ser atraídos por el sector ganadero por diversas razones. La ganadería puede ser una inversión rentable, ofreciendo retornos atractivos debido a la demanda constante de productos cárnicos y lácteos. Además, la ganadería puede ser vista como una inversión tangible y relativamente estable en comparación con los mercados financieros volátiles. (Lea en CONtexto ganadero: Invertir en ganadería: descifrando los tiempos y tasas de retorno)

Efrain Coutiño Torres, médico veterinario, explica que “no cualquiera que esté invirtiendo en campo, sea en agricultura o sea en ganadería, es ganadero o es agricultor”.

Los inversionistas en ganadería provienen de diversos orígenes. Algunos pueden ser empresarios diversificando su cartera, otros pueden ser individuos con capital disponible buscando oportunidades de inversión. A menudo, estos inversionistas carecen de experiencia directa en la gestión ganadera y dependen de expertos o terceros para manejar sus operaciones.

De acuerdo con Coutiño Torres, “dentro del círculo donde se trabaja en el campo, el objetivo siempre es ganar-ganar. Y esto no significa que sean ganancias solo económicas, sino ganancias relacionadas con actores como la humanidad, el inversionista y el planeta”.

Es por esto que, para el profesional, es fundamental tener claro quién es realmente un ganadero enfocado en lo anterior, es decir, que gane la persona, el planeta y la sociedad.

Coutiño Torres señala que, “si eres alguien que nada más ve la oportunidad de hacer dinero con producir leche, carne o alimentos, sin darle el beneficio de producir alimentos sanos a la humanidad y de proteger el planeta, entonces nada más eres un oportunista y no realmente alguien que se dedique a la ganadería o a la agricultura”.

El papel de los inversionistas en la ganadería suele estar más centrado en el aporte de capital y la toma de decisiones estratégicas desde una perspectiva financiera. Aunque su inversión es fundamental para el desarrollo y la expansión de las operaciones ganaderas, su involucramiento en las actividades diarias y en la toma de decisiones técnicas suele ser limitado.

En palabras de Coutiño Torres, “hay que prestar mucha atención en quién si es un ganadero y un agricultor y quién no lo es, pues quien está afectando al planeta es aquella persona a la que no le importa lo que dañe (humanidad o planeta), sino que lo que le interesa es el retorno de la inversión”.

Ser ganadero implica mucho más que invertir dinero. Los ganaderos poseen un conocimiento profundo y una experiencia práctica que son esenciales para la gestión efectiva de una empresa ganadera. Esto incluye entender el comportamiento animal, las técnicas de alimentación y nutrición, la salud y el bienestar animal, así como las prácticas de manejo sostenible del suelo y los pastos.

Finalmente, Coutiño Torres afirma que, “hay que poner atención a lo que se está haciendo, pues el inversionista está a tiempo de reflexionar. Está bien que se invierta en el campo, pero la idea es que se haga siempre en beneficio de la humanidad, el planeta y, por supuesto, también el beneficio propio. No es nada más producir por producir, sino producir carne y leche como debe ser”. (Lea en CONtexto ganadero: Por qué la ganadería “es el mejor negocio para invertir”)