El manejo eficiente de los recursos forrajeros es vital para sistemas ganaderos. Dentro de esta dinámica, el ensilaje de sauco (sambucus nigra) se convierte en una alternativa prometedora, gracias a sus características nutricionales y su adaptabilidad a las condiciones agroclimáticas de la región del trópico alto. (Lea en CONtexto ganadero: Los beneficios del sauco para ganaderías en clima frío)

En el manual de la Corporación colombiana de investigación agropecuaria (Agrosavia) ‘Sauco (sambucus nigra) como alternativa silvopastoril en el manejo sostenible de praderas en el trópico alto colombiano’ se explica que el sauco es un arbusto nativo de Europa, el noreste de África y el suroeste de Asia, que se ha distribuido ampliamente en América, desde México y Costa Rica hasta Argentina.

En Colombia, se encuentra en los departamentos de Boyacá, Caldas, Putumayo, Quindío, Antioquia, Cauca, Cundinamarca, Valle del Cauca, Nariño, Amazonas y Huila, en altitudes entre 1.400 y 2.600 metros sobre el nivel del mar (msnm).

Este arbusto se caracteriza por su capacidad de adaptación a diversas condiciones agroecológicas y su crecimiento rápido, lo que lo convierte en una opción para la producción forrajera y la conservación como ensilaje en zonas del trópico alto.

La investigación de Agrosavia demostró que el forraje del sauco cosechado a los 75 días de rebrote, presenta una composición interesante desde el punto de vista nutricional. Un 86.7% del follaje recolectado es apto para el consumo animal, destacando que el 77.5% de esta fracción estaba compuesto por hojas, pecíolos y tallos, elementos que poseen un alto potencial de degradación en los preestómagos de los rumiantes.

El sauco posee propiedades que facilitan su conservación mediante el ensilaje, lo que resulta fundamental en sistemas ganaderos que enfrentan limitaciones estacionales en la disponibilidad de forraje fresco.

Por lo tanto, el ensilaje elaborado a partir de sauco muestra características relevantes como un pH de 4.28, indicando un proceso de fermentación adecuado. Además, tiene un 28.42% de materia seca, un valor que facilita su inclusión en dietas, especialmente en sistemas lecheros de trópico alto donde la materia seca de las praderas suele ser baja.

A esto hay que sumarle 14.48% de proteína cruda, lo que confirma su valor como una fuente proteica aceptable para los rumiantes. Y 7.3% de nitrógeno amoniacal, lo cual está dentro de los rangos deseables que indican buena estabilidad del ensilaje.

Estos parámetros confirman que el sauco es un forraje viable para ser ensilado, ya que combina un adecuado nivel de proteína cruda y buena estabilidad fermentativa, esenciales para mantener la calidad nutricional durante el almacenamiento, como menciona Agrosavia. (Lea en CONtexto ganadero: El sauco en sistemas silvopastoriles mejora producción de leche y ganancia de peso)