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Foto: perulactea.com

Las enfermedades clostridiales acarrean graves problemas al hato por lo que es importante tratarlas a tiempo.

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Enfermedades clostridiales : un riesgo sanitario que necesita prevención y control

por: CONtexto ganadero- 31 de Diciembre 1969

Las enfermedades clostridiales puedan acarrear graves problemas para la salud del hato por lo que se deben tomar las medidas preventivas necesarias como la vacunación.

Las clostridiosis son enfermedades producidas por toxinas de bacterias del género clostridio que pueden producir distintos tipos de afecciones y se clasifican de acuerdo a los cuadros clínicos que producen en gangrenas, enterotoxemias y enfermedades que afectan al sistema nervioso.

Estas bacterias se encuentran en el suelo y en el intestino de los animales, por lo que están presentes en todos los predios La única manera de realizar un buen control y prevención es a través del uso adecuado de vacunas, según lo plantea la Médica Veterinaria U.L.S, Especialista en Sanidad Animal U.B.A- UDCA, Nury Vargas, en una nota publicada en infortamboandina.co

Allí señala que en la actualidad se cuenta con un sinnúmero de herramientas diagnosticas para establecer el origen de las enfermedades clostridiales, al igual programas de vacunación y vacunas que ofrecen múltiples opciones para proteger los semovientes desde los primeros días de vida teniendo presente el riesgo según el tipo de explotación ya sea carne o leche.

Estas determinaciones son de vital importancia ya que la elección del biológico como protección será el que represente el cambio en la situación sanitaria del hato respecto a afectaciones por brotes o casos de enfermedad clostridial.

El agente por sí mismo no es el causante de los daños ni de la muerte del animal, sino que son sus diferentes toxinas las responsables de los síntomas clínicos, las lesiones observadas y finalmente la muerte. El medio ambiente natural de estos microorganismos incluye el suelo y el tracto intestinal de los animales. Las especies patógenas pueden ser adquiridas por los animales sensibles por contaminación de heridas o por ingestión. Todas las enfermedades resultantes constituyen una amenaza constante a la producción bovina.

Cada tipo de clostridio produce una serie de toxinas características que dará lugar a diferentes enfermedades. Sin embargo, es frecuente que varios clostridios estén actuando a la vez, aunque sea uno de ellos el que genere el cuadro predominante. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Cómo controlar las enfermedades clostridiales en Colombia?)


La clasificación

El grupo del género clostridium está dividido en tres categorías: aquellas en que el microorganismo invade activamente los tejidos del huésped y se reproduce en ellos generando una alta producción de toxinas que facilitan la difusión de la infección y que son responsables de la subsecuente muerte del animal, que se denominan Histotóxicos.

En segundo lugar, están aquellas caracterizadas por toxemia resultante de la absorción de toxinas producidas por organismos localizados dentro del tubo digestivo denominadas Entero toxemias; y, la contaminación de tejidos desvitalizados y la alotrofagia conocida también como pica o malacia que generan las infecciones Neurotóxicas.

Al ser habitantes normales como bacterias esporuladas en todos los hábitats, principalmente suelo e intestino de los animales, su control se hace dificultoso ya que las herramientas sanitarias quedan cortas ante el desarrollo de este tipo de enfermedades, señala la profesional. Por eso, dice, la prevención es el único método de control que se puede aplicar para evitar la presentación de casos de clostridiosis.


La vacunación

La elección de la vacuna se debe llevar a cabo teniendo en cuenta la incidencia de casos reconociendo cada toxina actuante. Los animales deben ser primero vacunados preferiblemente a los 3 meses de edad y administrar dos dosis de vacuna separadas por 20 a 30 días, para poder lograr una buena respuesta inmune.

Esta respuesta inmune demora aproximadamente 2 semanas en proteger a los animales, por lo cual, se deberá prever y tener en cuenta este período antes de realizar manejos que pueden ser desencadenantes de estas afecciones. La duración de la inmunidad es de aproximadamente un año, por lo que se necesitan realizar revacunaciones anuales o semestrales según la zona. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Por qué la incidencia constante de clostridiosis bovina?)

Debido a que son las toxinas las que producen los efectos patológicos, la inmunidad contra enfermedades clostridiales está dirigida a la estimulación de anticuerpos neutralizantes. Para la profilaxis de las clostridiosis existen muy buenas vacunas preparadas a partir de toxinas inactivadas y en algunos casos cuerpos bacterianos muertos, especialmente cuando se busca fortalecer la inmunidad frente a algunos clostridios invasores de tejidos como Cl. chauvei y Cl. haemolyticum.

La recomendación puntual en caso de verse ante la presencia de un caso de enfermedad clostrdial es realizar un cambio inmediato de potrero a los animales que se están viendo afectados, separar animales enfermos e iniciar tratamiento antibioterapia, buscando reducir el aumento de morbi-mortalidad. Si está relacionado el caso con Fasciola hepática o Tysanosoma actinioides, desparasitar y pasar los animales a un potrero que pueda estar más limpio de parásitos.

Es esencial llevar a cabo desinfección de instalaciones y potreros y realizar rápidamente vacunación de refuerzo a todos los animales del predio. Es de vital importancia el manejo de cadáveres los cuales no deben ser movilizados del área de deceso, por el contrario, deben ser enterrados a una profundidad recomendada de 2 metros realizando encalamiento en el agujero. Todas están medidas significaran evitar pérdidas animales y económicas.