Las razas de ganado bovino se desarrollaron en diferentes partes del mundo en función de los recursos y las demandas de esa determina zona. De este modo, aunque las razas de Europa continental y las británicas son Bos taurus taurus, hay diferencias significativas entre unas y otras.
Según el portal Beef 2 Live, las razas de ganado británicas se desarrollaron principalmente en las regiones ricas en forrajes de Inglaterra y Escocia, y fueron desarrolladas para transformar pastos en carne de res de alta calidad.
Los criadores se centraron en tener una hembra que pudiera criar un becerro, que a su vez engordara en la hierba. Siglos más tarde, las razas inglesas todavía se destacan por ser convertidores económicos de forrajes en carne de vaca de alta calidad.
Los ejemplares bovinos que resultaron sobresalen en fertilidad, longevidad, marmoleado y capacidad para prosperar en entornos con recursos alimenticios limitados, principalmente con solo pastos. (Lea: La raza bovina salvaje que es más rara que los osos panda)
Estas se desarrollaron en las islas británicas y se llevaron a los Estados Unidos a fines del siglo XVIII hasta fines del siglo XIX, época en la que también llegaron a Argentina, por ejemplo. Angus (negro y rojo), hereford (cornudo y mocho), shorthorn y red poll son las principales.
En comparación con las razas de Europa continental, son generalmente más pequeñas en edad madura y tienen menos potencial de crecimiento, pero son más precoces, sobresalen en fertilidad y facilidad de parto, y sus canales alcanzan mejores grados de calidad.
Por su parte, Guillermo A. Bavera señaló que poseen buena precocidad sexual, lo que permiten que su primer servicio sea a los 15 meses y se adaptan a zonas templadas y templadas-frías. Su velocidad de crecimiento y rendimiento de res es intermedia a buena.
Razas de Europa continental
Las razas de Europa continental a menudo se desarrollaron como animales de doble propósito, donde las hembras se utilizaron como animales de leche y carne y los machos se utilizaron como animales de tracción durante sus primeros años y luego se procesaron en carne de res.
Por lo tanto, estas razas tienden a ser más grandes en tamaño, más gruesas en estatura y más pesadas en la producción de leche. Las razas de Europa continental incluyen charolais, limousin, simmental, pardo suizo, normando y holstein, por nombrar a las más comunes.
La mayoría de estas razas son relativamente nuevas en distintos países de América, y se importaron entre principalmente para mejorar la tasa de crecimiento y la delgadez de las razas existentes. (Crónica: Los posibles orígenes de la raza BON)
En comparación con las británicas, estas razas son generalmente más grandes en tamaño adulto, alcanzan su madurez a una edad más avanzada, producen canales con menos grasa y tienen grados de calidad más bajos respecto de su carne.
No obstante, de acuerdo con Baviera, tienen una ganancia de peso diaria superior a los británicos, y lógicamente, un gasto de mantenimiento mayor por el peso que deben alcanzar. Debido a su menor precocidad, su primer servicio será posterior.
Algunas de estas razas en sus países de origen son doble y hasta triple propósito. Dependiendo de la elección de sistema, algunas sirven para producir carne y otras para leche. (Reportaje: Importancia del cruce F1 para tener animales doble propósito)
Para revelar su potencial genético deben tener una alimentación más abundante que las británicas y en general son menos rústicas. Se adaptan a climas templados - templados fríos, y algunas tienen buena calidad carnicera, carne magra y con veteado.