La ganadería depende en gran medida de la disponibilidad y calidad del pasto como recurso alimenticio. El manejo del pastoreo es un factor importante para optimizar tanto la producción animal como la conservación del suelo y los pastizales. Entre los métodos más comunes para gestionar los pastos se encuentran el pastoreo continuo y el manejo bajo diferentes niveles de presión de pastoreo. (Lea en CONtexto ganadero: 5 sistemas de pastoreo en ganadería sostenible)

Martín Simian, especialista en ganadería regenerativa, expone que ambos enfoques, aunque buscan aprovechamiento óptimo de óptimo del pasto, tienen diferencias en términos de su impacto en el ecosistema, la producción de biomasa y bienestar animal.

El pastoreo continuo es un sistema en el cual los bovinos tienen acceso a un mismo potrero de pasto durante largos periodos de tiempo, generalmente sin restricciones de movimiento. En este método, el ganado tiene la libertad de seleccionar las áreas donde prefieren pastar, lo que puede llevar a una utilización desigual del pastizal.

Sin embargo, algunas zonas pueden ser sobre pastoreadas, mientras que otras, menos apetecibles, pueden quedar subutilizadas. De acuerdo con Simian, “está muy demostrado por muchos trabajos científicos que el sobre pastoreo y pastoreo continuo causa compactación. Esta es muy fácil medirla, con un penetrómetro medimos con la aguja, cuanto más gramos se tiene, más compactado está el suelo”.

Aunque tiene ciertas ventajas, como su simplicidad en la gestión y menores costos iniciales, presenta varios planteamientos, especialmente en la sostenibilidad a largo plazo del potrero.

La presión de pastoreo se refiere a la relación entre la cantidad de animales en una parcela y la cantidad de pasto disponible. En otras palabras, mide la demanda de forraje por parte del ganado en relación con la oferta que proporciona el sistema de pastizales.

Esta relación es fundamental para determinar el impacto que tendrá el pastoreo sobre el crecimiento y la recuperación del pasto, así como en la calidad del suelo y la biodiversidad del ecosistema.

En palabras de Simian, la presión de pastoreo “es diferente a pastoreo continuo, pues este no compacta el suelo debido a la bosta. La gran cantidad de estiércol alimenta la vida del suelo, que es mucho más que pasarle 10 veces el arado”. (Lea en CONtexto ganadero: 10 tipos de pastoreo a tener en cuenta)

Dependiendo de la intensidad, la presión de pastoreo puede clasificarse en tres niveles:

• Baja presión de pastoreo, es decir la baja densidad de animales en relación con el pasto disponible.
• Presión de pastoreo moderada, en donde la densidad del animal es más equilibrada en relación con la oferta de forraje, buscando maximizar tanto la producción animal como la conservación del ecosistema.
• Alta presión de pastoreo, que se da cuando la carga animal es muy elevada en relación con la cantidad de pasto disponible.

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