El sector ganadero colombiano ha ido evolucionando a pequeños pasos comparado con otros países. Existen algunos puntos que influyen en esta situación que han sido mencionados por los distintos profesionales. Conózcalos.
Jhon Londoño Sossa, médico veterinario zootecnista y consultor internacional en reproducción ganado de leche y carne, indica en una charla con Fedegán que uno de los puntos que debe tener claro el productor es preguntarse “qué pasaría en nuestras empresas lecheras si evolucionamos en las prácticas que tenemos actualmente”.
Para esto, lo primero que hay que tener claro es cuál es el problema que existe con las prácticas. Para el experto, la respuesta a esto es que hoy en día el sector sigue con tasas de preñez 10%, teniendo en cuenta que esto es un parámetro internacional que le permite al productor evaluar si es bueno o malo preñando las vacas en el momento adecuado.
“El momento adecuado es cada 21 un días. Nuestro calendario lo tenemos de 30 días y a nosotros nos funciona relativamente bien, digo esto porque tenemos los años bisiestos donde tenemos que acomodar el calendario nuevamente pero el de las vacas es de cada 21 días, siendo este el promedio en el que ellas terminan un ciclo e inician el siguiente”, describe Londoño Sossa.
Esta tasa de preñez tiene dos componentes, tasa de servicio y tasa de concepción. La primera es que en periodos de 21 días, después de superar el periodo de espera voluntaria de las vacas, se puede generar que el animal se acalore por los métodos naturales o los hormonales que se tienen a disposición, siendo esta la tasa de concepción que debe ser mayor o igual al 50%. (Lea: Conozca las diferentes técnicas de reproducción)
“Después de eso, el proceso que sigue es la inseminación de la vaca. Entonces cuando esto sucede debo formar la tasa de concepción, quiere decir que de las vacas que se inseminan en ese periodo se obtienen unas preñeces. Entonces cuando multiplico, tasa de servicio por tasa de concepción en porcentaje, me genera la tasa de preñez. Ese parámetro actualmente en Colombia está entre el 10% y el 13%, pero a nivel mundial está por encima del 20%”, afirma Londoño Sossa.
Explicado lo anterior, se puede notar que la eficiencia ganadera en el país tiene dificultades porque no se ha aprendido a salir de los parámetros tradicionales, que no reflejan la situación real o actual del hato porque no dice en tiempo real qué está bien y que no, y mucho menos qué es lo que se debe corregir para estar mejor.
“La reproducción no es algo que se pueda trabajar cada 40, 50 o 60 días, por lo cual debe hacerse con las ayudas tecnológicas, o sea debemos usar un ecógrafo y debemos hacer el curso de ecografía. Lastimosamente muchas veces se compra este aparato pero no se preparan para el manejo y diagnósticos, es como cuando compras un avión pero no haces el curso para manejarlo, entonces es exactamente igual porque se tiene una buena herramienta pero no se saca el provecho que se debería”, señala Londoño Sossa.
Otro de los puntos de la involución en la eficiencia, es que palpar no es gestionar la reproducción porque los profesionales del campo deben generar un valor agregado y darle al ganadero herramientas para que salga adelante en su negocio, porque si a él le va bien, a todos les va bien.
Además, un factor clave en los problemas de las lecherías es que “creemos que la IATF es solo para las vacas problemas y resulta que no. En un programa intensivo y estructurado, la mayoría de las veces, la IATF es el primer servicio que recibe una vaca”. A esto hay que sumarle que en Colombia se mira la reproducción como un costo y no como una inversión. (Lea: Inseminación artificial a tiempo fijo mejora producción de carne)
Finalmente, el profesional menciona que “muchas veces descuidamos la sanidad el hato y descuidamos las vacunas reproductivas y poco o nada nos interesa el bienestar animal”.