Un animal sano es un animal con bienestar. Y, un animal con bienestar es la base para obtener el máximo rendimiento cárnico posible y el mejor resultado económico para la empresa ganadera. La producción de carne tierna y de calidad con buen sabor y color, que son atributos valorados y exigidos por el consumidor final, depende no solo de brindar la mejor alimentación posible a los animales y de contar con excelentes instalaciones disponibles, sino mayormente del adecuado manejo realizado por parte de personal capacitado en cada etapa productiva dentro de la cadena cárnica. Los animales transcurren la mayor parte de sus vidas en predios ganaderos, y es ahí donde el manejo adecuado o inadecuado influirá la producción de animales dóciles o ariscos. Es aquí, donde se pone en juego todo el capital invertido en alimentación, instalaciones, planes sanitarios, asesorías de técnicos veterinarios para la salud animal y de agrónomos para mejorar la disponibilidad forrajera. Cuando un productor cría y/o produce animales dóciles acostumbrados a un adecuado manejo y cuenta con un personal capacitado, él está convirtiendo las inversiones realizadas en una manera eficiente y eficaz y comercializa un producto (carne) óptimo. Un animal correctamente manejado convierte toda la alimentación brindada en kilos de carne, responde positivamente a cada tratamiento veterinario implementado; y por, sobre todo, no pierde kilos de carne a causa de estrés acumulado y lesiones. Por otro lado, también existen animales que son mal manejados por el personal. El animal sometido a un mal manejo durante toda su vida se vuelve arisco y nervioso. Este comportamiento los convierte en animales fácilmente estresables y difícil de manejar por otros operarios, en etapas posteriores de la cadena cárnica. Si el personal no sabe arrear animales correctamente, los animales comienzan a acumular estrés tras cada tarea realizada y la consecuencia principal es la generación de golpes. En este caso, son golpes por agresiones entre los animales y golpes contra instalaciones en predios ganaderos, vehículos de transporte y plantas de faena. Estas situaciones hacen que las tareas ganaderas sean tediosas y agotadoras para un personal sin capacitación, el cual tratará de resolverlas obligando a los animales a responder a sus órdenes a través de ruidos, gritos, uso de picanas y golpes. Lo anterior genera más estrés en los animales y más machucones en las canales post-faena. Embarcar animales con destino a la planta significa traducir todo el esfuerzo e inversiones realizadas en la mayor cantidad de carne posible y con la mejor calidad alcanzable. Esto solo puede lograrse con un animal sano y con bienestar. Todo animal para tener bienestar necesita de las 5 libertades (Consejo para el Bienestar de los Animales de Granja de Gran Bretaña/Farm Animal Welfare Council-FAWC, 1970): libre de hambre y sed, libre de lesiones y enfermedades, libre de malestar físico y térmico, libre de sufrir miedos y angustias y libre de expresar el comportamiento natural de su especie. Sin embargo, un animal productivo es algo más que un animal sano y con bienestar, es un animal bien manejo por todo el personal a su cargo. Por Lourdes Sequeira Carnetec Dic 22/17