En una serie de cinco artículos que he realizado bajo el rótulo del ABC de la concepción temprana, me propongo comentar la importancia de la concepción temprana y el posparto de la vaca lechera. En este primer artículo centraré el tema en uno de los factores que determinan la concepción temprana, el período de espera voluntario. En la siguiente entrega hablaré de la Tasa de detección del celo (TDC) y de la Tasa de Concepción (TC), que son otros de los factores importantes que determinan la concepción temprana. La tercera entrega estará referida a los protocolos de sincronización, y concretamente al uso de herramientas hormonales como a la aplicación de prostaglandinas; a la combinación de hormonas liberadoras y prostaglandinas; y a la Combinación de Progesteronas, estradiol, prostaglandinas y foliculoestimulantes, Y el último tema concentraré la atención en la inducción de la ovulación. Cualquier pregunta o comentario que ustedes amigos ganaderos deseen formular, les agradezco enviarlas a molinaecheverri@hotmail.com. Apreciaciones conceptuales importantes La reproducción tiene una influencia marcada en la rentabilidad económica de los hatos, aumentando los niveles de natalidad se pueden elevar las producciones diarias totales de leche simplemente porque a mayor número de vacas paridas, mayor es la cantidad de vacas que se ordeñan diariamente y menor son los días en leche por lo cual la leche total vendible se aumenta. El máximo nivel reproductivo que se puede obtener es una Natalidad del 100 %, lo que corresponde a un intervalo entre partos (IEP) de 365 días, aunque esto es un poco difícil de conseguir en nuestro medio, nada sugiere que sea imposible. Si el objetivo es tener un IEP de 365, el período comprendido entre el parto y la concepción, denominado Período abierto, no debe sobrepasar los 75 días (ya que la gestación ocupa los 290 días restantes). De esta manera, lograr una concepción temprana en el posparto de la vaca lechera se hace imprescindible para lograr resultados productivos. Hechos estos comentarios pasemos a reseñar nuestro primer tema de esta serie: El período de espera voluntario Este es el número de días en el posparto en los cuales se decide no realizar la monta o inseminación artificial. Normalmente está entre 45 y 70 días. No se recomienda tener períodos de espera voluntarios inferiores ya que se acortan las lactancias, lo cual es perjudicial económicamente, tampoco se recomienda tener días de Espera.Voluntario muy superiores ya que esto afecta directamente la natalidad y por ende la producción total de leche. Al finalizar el Periodo de Espera Voluntario, la vaca debe estar fisiológicamente lista para concebir y mantener una preñez, sin embargo, puede estar afectado por problemas del periparto asociados a la Involución Uterina y a la Actividad Ovárica. El útero suele necesitar 20 días para recuperar su tamaño normal (involución anatómica) y cerca 35 días en regenerar totalmente el epitelio endometrial. Los niveles endógenos de metabolitos de prostaglandinas son altos durante los primeros 15 días favoreciendo la involución uterina rápida. No se conoce totalmente la correlación entre involución uterina y re-inicio de la actividad ovárica aunque si se sabe que el reinicio de la actividad ovárica acelera la involución, dado especialmente por un aumento en los niveles de estrógenos durante la segunda o tercer semana posparto que acelera la contracción de las fibras musculares lisas del útero (Hussain, 1989) y por la secreción masiva de prostaglandinas (Kindahal et al., 1992). Cuando el periodo que transcurre entre el parto y la primera ovulación se alarga más de lo normal se conoce como Anestro (falta de funcionalidad del eje reproductivo que no permite la ovulación folicular, pero si la ciclicidad). Este Anestro está influenciado por dos condicionantes importantes: La Nutrición (Anestro Nutricional) y el amamantamiento (Anestro lactacional). El ANESTRO puede alargar el tiempo en que la vaca demuestra signos de celo. El efecto del anestro es mayor en hembras de primer parto (ganancia de peso) y es básicamente un aporte deficiente de energía que induce la aparición de un balance energético negativo (BEN) que se desarrolla por la diferencia entre el consumo de energía de un animal y la energía requerida para el mantenimiento y la secreción de leche. Las vacas lecheras desarrollan un balance energético negativo durante la lactancia temprana debido a que la máxima producción se alcanza antes del desarrollo de la máxima capacidad de consumo. El pico de producción se alcanza varias semanas antes que el pico de consumo y como resultado se produce un BEN que persiste durante 4 a 12 semanas (Senatore, 1996). Esta situación induce una respuesta compensatoria reconocida como homeorresis, que induce un aumento de la lipólisis, glucogénesis, gluconeogénesis y movilización ósea de minerales. Cerca de 50 días postparto las vacas adquieren la máxima capacidad de consumo de alimento, tienden a incrementar el consumo de energía y entran en un balance energético positivo (Lucy et al., 1991). Recuerden que nuestro próximo tema versará sobre la Tasa de Detección del Celo (TDC).
* MVZ Universidad de Caldas, MSc, EPA. UNAM México. Asesor Exclusivo MSD Salud Animal Colombia. molinaecheverri@hotmail.com