Es normal que en las explotaciones ganaderas muchos piensen que no tienen problemas de neumonía en las terneras y que nunca han necesitado tratar esta enfermedad con ningún medicamento, por lo que ante la muerte de animales no se expresa mucha alarma.
El problema de esta afirmación está en la dificultad del diagnóstico de la neumonía en cualquier edad, pero muy especialmente en los terneros lactantes. De acuerdo con la Revista Frisona, el signo clínico más usado en ese grupo de animales es que dejen de comer, pues cuando sufren de diarrea neonatal es muy común que dejen de tomar leche, pero en la neumonía no sucede lo mismo debido a que solo dejan de mamar cuando la enfermedad está muy avanzada. (Lea: Impacto económico de la neumonía en terneras de leche)
Para mejorar el diagnostico precoz, en varias universidades norteamericanas desarrollaron sistemas de puntuación scoring system como el de la doctora Sheila McGuirk en Wisconsin, en el que se puntúa el aspecto de las secreciones nasales, oculares, la posición de las orejas, la tos, el apetito, la actitud y la temperatura rectal, de forma que cundo los terneros sobrepasan un número de puntos determinado se diagnostica que sufren de neumonía.
Con este sistema de puntuación se diagnostican muchos más casos, pero lo que realmente ha supuesto una revolución es el uso del ecógrafo, pues por medio de esta herramienta en los pulmones de los terneros de manera sistemática o cuando se sospecha que se puede presentar esta enfermedad, se diagnostica un número mucho mayor de casos.
El hecho que una ternera sufra de neumonía no quiere decir que se vaya a morir en ese momento. De hecho, en el matadero se ven muchos pulmones con lesiones antiguas de animales que sufrieron neumonía y nunca fueron diagnosticadas y tratadas.
Pero estos animales con los pulmones más o menos afectados, dependiendo de la extensión y características de las lesiones, son menos productivos y más susceptibles a enfermar o morir de manera súbita en el futuro.
El diagnóstico correcto y precoz de la neumonía debería servirle al productor para adoptar medidas profilácticas que eviten la aparición de más casos y para tratar adecuadamente a los animales enfermos.
Como medidas preventivas se deben refrigerar a las madres en el periodo seco, asegurar la ingestión de cuatro litros de calostro en la primera toma, así como vacunar frente a los gérmenes de la neumonía de manera precoz a los terneros con vacunas intranasales o parentales que en el prospecto indique claramente que se puede vacunar a terneros de pocos días de vida.
El tratamiento de esta enfermedad pasa por el uso de antibióticos y antinflamatorios no esteroideos. Existen diversos que son aprobados para el uso terapéutico parental aunque de preferencia se debe usar aquellos que se puedan aplicar de forma subcutánea, teniendo presente de cualquier manera, lo más importante es la aplicación precoz. Los animales que se diagnostican y tratan tardíamente necesitan tratamientos mucho más prolongados y, en muchas ocasiones, el cambio de tratamiento. (Lea: Conozca cómo se presentaron casos de neumonía en bovinos en clima frío y cálido)
En caso de aparición de un brote muy virulento que afecte a muchos animales en poco tiempo se puede decidir el uso de tratamiento metaflácticos, esto quiere decir la aplicación de antibiótico a todos los animales del grupo. Este tipo de tratamientos se debe evitar en lo posible, pero en ese caso de ser necesario se deberá hacer con los productos que tienen este tipo de uso indicado en su prospecto, teniendo en cuenta que debe ser previamente recetado por el médico veterinario de la confianza de cada productor.