El estrés calórico en bovinos también puede causar graves pérdidas en la producción de carne, por lo que hay que identificar los riesgos y mitigarlos. Estas son las claves que usted debe tener en las épocas de intenso verano para preservar el peso y la calidad de carne de sus animales.

El primer efecto del estrés térmico o calórico es la pérdida del apetito del animal, lo que conlleva a una disminución de peso y a su vez ocasiona una afectación a la hora de venderlo para el sacrificio y la obtención de carne, como indicó un artículo de Grupo Central Agrícola.

“El estrés térmico principalmente por periodos prolongados también reduce los índices reproductivos y aumenta el riesgo de mortalidad de los animales”, añadió. (Lea: Tenga en cuenta estas recomendaciones para disminuir el impacto del estrés calórico)

De acuerdo con las recomendaciones del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) de Argentina, además impactar la fertilidad, la producción y el rendimiento, “cada día de estrés calórico representa un día de pérdida para quien se dedica a la producción”.

Efectos del estrés por calor

El texto “Impacto del estrés calórico en la producción de carne bovina” de la revista Producción Ganadera explicaron que el estrés calórico afecta el “bienestar de cualquier raza de bovinos, independientemente de la categoría, porque pierden la capacidad de lidiar con el ambiente”.

Ante un cuadro de estrés calórico, los semovientes alteran su comportamiento para compensar el incremento de su temperatura corporal buscando sombra o resguardo detrás de estructuras. Si no es suficiente, tratarán de alinear su cuerpo con los rayos del sol para reducir la exposición a estos.

Además, pueden presentar disminución del consumo de alimento y aumento del de agua. Si aún no logran regular su temperatura, se verán cambios fisiológicos en frecuencia respiratoria, jadeo, temperatura corporal y tasa de sudoración. Esto está influido por el tipo de dieta, la raza y la categoría del bovino, o el estado de salud.

De esta manera, la disminución en el consumo de alimentos, sumado a la reducción en la digestibilidad y absorción de nutrientes, más el aumento en los requerimientos de energía para disipar calor, no resultan una buena combinación de factores que contribuyan al bienestar y producción animal.

La digestión y absorción de nutrientes también se verá afectada durante procesos de estrés térmico porque estos serán redirigidos a sostener la homeostasis. Como parte de la adaptación al calor, disminuye la motilidad intestinal y la irrigación del tracto digestivo, con lo cual la concentración de nutrientes en sangre deberá incrementarse para sostener las funciones normales.

Efectos sobre el consumo de agua: Los bovinos utilizan tres tipos de agua: a) bebida, ingerida del bebedero, b) la que incorporan en el alimento y c) la que produce su propio cuerpo. A su vez, pierden agua al respirar, jadear, transpirar, orinar, defecar o producir leche.

Por esto, durante el estrés calórico, los bovinos aumentan el consumo de agua y la frecuencia de abrevado, lo cual está influido por el tipo de alimentos y la temperatura del agua ingerida. (Lea: Conozca cómo influye en gen del pelo corto en presentación de estrés calórico)

Efectos sobre la temperatura corporal: la temperatura corporal normal de los bovinos es de 38 a 38,5°C, pero cuando pierden la capacidad de hacer frente al ambiente ésta se eleva y al superar los 42°C se vuelve letal. En el ganado de carne, el estrés por calor se asocia al 5 % más de riesgo de mortalidad por cada 1 °C de aumento por encima del umbral de calor.

Efectos sobre la salud: influye en la salud de manera directa e indirecta al provocar cuadros carenciales, con Efectos sobre la alimentación: el consumo de alimentos produce calor interno o metabólico. Por lo cual, cuando la temperatura ambiente aumenta, el consumo voluntario disminuye (ingieren menor volumen, más frecuente) concentrándose preferentemente en las horas

También se observan deficiencias nutricionales por menor aprovechamiento del alimento o por menor calidad en forrajes y pasturas; eleva la aparición de parasitosis y cuadros asociados a la humedad y temperaturas elevadas, las alcalosis respiratorias, cetosis y acidosis ruminales. Podría también aumentar la frecuencia de cuadros de timpanismo y diarreas.

Efectos sobre el comportamiento: Los animales en climas cálidos destinan menor tiempo a estar echados y descansando. En ocasiones la temperatura del suelo puede ser tan alta (principalmente cuando no cuenta con una cubierta vegetal), que el animal evita el contacto con el suelo caliente.

La implementación de sistemas silvopastoriles permite que los animales dediquen más tiempo al descanso y se desgasten menos caminando o rumiando en comparación los que están a cielo abierto. (Lea: ¿Ha calculado el estrés calórico en sus animales? Aprenda cómo hacerlo)

Para mitigar los efectos del calor, en varios países se han estudiado los efectos de suplementos dietarios, sombras, nebulizadores y aspersores sobre los corrales y animales, o de prácticas como modificar el horario del manejo animal o de la oferta de comida. Si bien estas estrategias contribuyen a mejorar aspectos del estrés, no permiten eliminarlo completamente.