Cuando la jornada termina, las luces de la plaza se apagan y la gente regresa a sus hogares, la carne de los toros sacrificados se destina para el consumo humano por su alta calidad. Si algún toro resulta indultado se aprovecha su pedigrí en las explotaciones bovinas.
En la arena, el matador se prepara para recibir la última embestida del toro de lidia, aquel gladiador de por lo menos media tonelada de peso. Es el momento final de la faena, pero el punto de partida de otro proceso: la comercialización de la carne del semoviente.
Porque sí, a pesar de las creencias populares, la carne del toro sacrificado en el ruedo es 100 % apta para consumo humano. Es más, comparado con el cárnico proveniente de los toros de ceba, el del animal que sale de la plaza tiene una calidad muy superior debido al cuidado y dedicación que tuvo en la crianza.(Lea: El secreto de la crianza del toro de lidia)
De acuerdo con Miguel Gutiérrez, vicepresidente de la Cámara Gremial del Toro de Lidia, la carne del toro muerto luego de una faena, es una de las mejores que se pueden encontrar en el mercado por las características que adquirió en su formación.
“Los toros, por ser unos atletas que tienen que demostrar su bravura en el ruedo, tienen una crianza especial en cuanto a su dieta alimenticia. Por esta razón, la calidad de su carne es magra, además de ser voluminosa”, acotó Gutiérrez.
Esta carne se expende de forma rutinaria y habitual, como se hace con los semovientes que se sacrifican a diario. Estos toros cuentan con una calidad superior con una sola diferencia: la carne es un poco más roja, por morir el toro en un sacrificio extremo, lo que no afecta en nada su calidad. (Lea: ¿Cuál es el secreto del Toro de Lidia?)
Cuando el toro es indultado, la historia es otra
Cuando un toro cumple con varias características durante el ruedo, tales como bravura, nobleza, fijeza, recorrido, entre otras, es indultado, es decir, se le perdona la vida. Luego de este episodio, el animal es llevado a los corrales para ser curado y luego ser trasladado a la ganadería para que sirva de padre, por su perfección.
Así lo explicó, Iván Parra, periodista taurino, quien aseveró que “luego del ruedo, el toro es sanado de sus heridas por los veterinarios para ser llevado a padrear en las explotaciones, porque si tenía unas condiciones excepcionales para ser promovida su vida en la plaza, es de los mejores estándares para dar cría”.
Mientras tanto, Miguel Gutiérrez aseveró que la bravura, según las reglamentaciones de la tauromaquia, es del ganadero y no del semoviente, por lo que es el productor quien elige qué hacer con el toro cuando es indultado. (Lea: En 2014, el toro de lidia estará más vigente que nunca)
“Depende de varios factores que tienen que ver con el ganadero: su pedigrí, si es de un muy buen linaje; la familia dentro de la ganadería, si es conveniente para continuar la estirpe; o si es de plena satisfacción el indulto, porque en algunas ocasiones los ganaderos vemos que el toro no nos servirá para la ganadería y es sacrificado”, culminó el vicepresidente de la Cámara Gremial del Toro de Lidia.
Muchos hablan de la fiesta brava sin tener meyor conocimiento de ella; por esta razón, los expertos piden que no se le mienta a la sociedad sino que por el contrario se le transmita todo el significado cultural que un acto como las corridas han desplegado en Europa y en nuestro continente.