A 2150 metros sobre el nivel del mar, en la vereda La Ramada del municipio de Pacho (Cundinamarca) está la finca La Esperanza, donde se cuenta con ganado ayrshire con buen resultado.
De acuerdo con lo expuesto por Carlos Camelo Cárdenas, propietario de la finca, cuando la adquirió empezó a investigar cuáles eran los mejores animales para su hato y quedó convencido que la raza ideal por su comportamiento era la ayrshire.
A ello se sumó el que un ganadero de Antioquia, Fernando Betancur, terminó de convencerlo porque él ya tenía la experiencia y le recomendó este tipo de animales, fue cuando compró un ternero y una ternera puros y la primera cría la obtuvo en 2008 la cual sigue en el hato. También en Antioquia compró otras ocho terneras puras. (Lea: Ganadería de Ayrshire puro mostrará su modelo productivo de lechería)
Carmelo es un ejemplo de que no se debe ser ganadero de tradición para estar en el negocio ya que él es ingeniero electrónico que adquirió una finca y poco a poco fue construyendo su hato. “No soy ganadero de tradición sino de afición porque tengo otra actividad principal pero quería tener algo como esto que lo pudiera disfrutar”, dijo.
Hace 16 años se propuso tener una finca amigable para las personas, el medio ambiente y los animales, lo cual ha logrado. Hoy día tiene 50 vacas en ordeño con un promedio de 16 litros por animal.
Explica cómo es el proceso en la finca. Después que nacen las terneras están cinco días con la madre que es la época en la cual están consumiendo calostro para tener buenas defensas.
A los cinco días se llevan a otro potrero donde se les suministra leche; en los primeros dos meses son tres litros por la mañana y tres litros por la tarde, después se baja a dos litros tanto en la mañana como en la tarde, posteriormente se les baja a uno hasta los seis meses, cuando ya se les retira.
A los 15 días empiezan a consumir agua, concentrado e incluso sal. A los 60 días se hace desparasitación con una purga que se realiza cada 60 días alternando entre oral e inyectado. La descornada la realizan a los 30 días. (Lea: Ayrshire rojo, una buena alternativa para lechería en el Quindío)
Los machos normalmente se venden cuando nacen, aunque con la pandemia hubo alguna restricción, así mismo han vendido terneras para otras partes del país como Huila, Quindío y Santander con un resultado muy satisfactorio ya que le hace seguimiento a ese ganado.
Tiene otra finca donde después de seis meses las terneras se unen a las novillas y se les alimenta con sal, concentrado y agua a voluntad y se está atento a que tengan suficiente pastura.
Antes de los dos años y cuando tienen un buen tamaño y pesan más de 300 kilos se les insemina.
Como es una zona donde hay garrapatas se vive bañando el ganado cada dos semanas. Es una finca libre de brucelosis y de tuberculosis y donde se vacuna regularmente
La leche la vende a una quesera del mismo municipio que cumple con todos los requisitos del Invima y con quien tiene un convenio y cuyo precio solo varía cada dos años por lo que no tiene problema con las fluctuaciones de precios. (Lea: Todo un proyecto estratégico de ganadería sostenible con la raza Ayrshire)
Realiza el pastoreo racional voisin teniendo un potrero por ordeño con bastante carga animal de tal manera que ellos mismos con sus pezuñas y peso evita que se compacte y como son bastantes animales también hay una buena cantidad de abono, asegura.
En la finca hay 120 potreros establecidos. La última rotación fue de 52 días porque antes era de 60 y con ello el aprovechamiento de las pasturas ha sido mejor, concluyó.