Esta especie crece en las montañas de Colombia y Venezuela entre los 1.300 y los 2.900 metros. Es ideal en sistemas silvopastoriles, SSP, porque tiene una madera de excelente calidad y ofrece protección a forrajes y cultivos. Andrés Zuluaga, coordinador general del proyecto Ganadería Colombiana Sostenible, GCS, señaló que el árboloco es adecuado para predios ubicados en clima medio y frío. “En términos de ganadería se utiliza mucho uno, para cercas vivas, para división de potreros, generalmente esta de esa forma, pero también se utiliza mucho en restauración de bosques”, aseguró. (Lea: Aprenda a mitigar la sequía con sistemas silvopastoriles) Escuche las palabras de Zuluaga
Se asocia muy bien a arbustos forrajeros, principalmente el botón de oro, el nacedero, el bore y el ramio. Además, según Zuluaga, es una especie pionera, porque cuando los suelos empiezan a restaurarse, es una de las primeras especies que nace y que le da al bosque las condiciones necesarias para su restauración. Esta especie crece rápidamente en las montañas andinas, lo que lo hace una especie atípica. Sin embargo, no crece muy bien en asociación con la mayoría de gramíneas usadas para la actividad pecuaria como los pastos estrella, kikuyo y guinea. Por el contrario, tolera mejor el pasto yaraguá y las gramas nativas. Otra particularidad es su forma, pues un árbol adulto está formado por un tronco principal grueso y muchos otros tallos jóvenes y delgados. Es capaz de crecer en suelos moderadamente compactos y pobres en nutrientes. En las tierras afectadas por fuertes vientos, el arboloco es útil para defender a los pastos de la deshidratación y a los suelos contra la erosión si se siembra en el estrato medio de las cortinas rompevientos. La protección que ofrecen estas cortinas sobre los forrajes y cultivos es mayor en tierras por encima de los 2.500 msnm, donde las heladas se presentan con mayor frecuencia e intensidad. (Lea: Con la siembra de silvopastoriles se contrarrestan las heladas) El arboloco se puede usar en SSP de 5 formas: 1. Como árboles dispersos, que pueden sembrarse con botón de oro, a distancias de 15 m. 2. Como cercas vivas a una distancia de 2 m., intercalados con botón de oro o sauco. O como cercas rompevientos, 2 hileras separadas 2-3 metros entre sí, intercalados con arbustos forrajeros o robles. Se puede emplear una cerca eléctrica para proteger los árboles. 3. Como bancos mixtos de forraje, con surcos de morera, ramio o botón de oro, con hileras de arboloco cada 10 m. 4. Como plantas para la restauración de áreas degradadas, y combinados con árboles nativos. 5. Como SSPi en terrenos pendientes, las siembras se hacen en curvas de nivel y las franjas se protegen con cuerdas eléctricas. Se siembran con botón de oro o tilo dependiendo de la altura, y se combina con forrajes como kikuyo o raigrás.
Además de ser empleado en SSPi, también se utiliza su madera para casas, establos y corrales. El uso de las vigas y columnas de arboloco se da incluso en las construcciones más modernas. (Crónica: Colegio enseña sobre sistemas silvopastoriles a bachilleres) Además, tiene un alto valor cuando se emplea en la restauración ecológica de tierras degradadas. Esta especie puede acelerar el crecimiento del bosque secundario en terrenos deforestados, como en derrumbes o lotes recién cosechados. También ayuda a que otros árboles se regeneren bajo su sombra. “Se utiliza para construcciones en diferentes áreas rurales. Inclusive en algunas zonas del país la llaman como la guadua de clima frío, porque en clima medio se utiliza mucho la guadua en bosques, en aras de proteger las fuentes de agua. Y en el caso del arboloco se utiliza para construcciones en climas fríos donde la guadua no se desarrolla tan bien”, señaló Zuluaga.