El diagnóstico de preñez realizado correctamente y de manera oportuna es indispensable para mejorar los índices reproductivos y, por consiguiente, la rentabilidad del hato.
Así lo planteó Ricardo Arenas, médico veterinario especialista, en un nuevo capítulo del Manual Práctico Ganadero elaborado por la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) donde indicó que un diagnóstico claro y oportuno de la preñez de un animal, bien sea novilla de primer servicio o una vaca adulta permitirá tomar medidas de manejo zootécnico o sanitario para cuidar esa preñez o corregir las razones por las cuales el animal no quedó cargado.
Saber si un animal está preñado o no, tiene un considerable valor económico, bien sea una producción ganadera de leche o cría puesto que un diagnóstico temprano que detecte las hembras no preñadas poco después de la monta o la inseminación artificial permitirá disminuir el número de días abiertos que es el tiempo que transcurre entre el último parto y la nueva preñez.
Este diagnóstico permite, adicionalmente, determinar las posibles causas de infertilidad y así implementar los tratamientos adecuados e incluso dará argumentos de descarte, llegado el caso.
El proceso
El diagnóstico de preñez, realizado por un médico veterinario, inicia por la revisión general del animal, su identificación exacta y la revisión de los registros. (Lea: Ventajas y desventajas del diagnóstico temprano de preñez)
Si es necesario se debe confirmar la edad del animal mediante la revisión de su dentadura. La edad en los bovinos se puede determinar según la erupción de las piezas dentarias caducas o temporales y de las permanentes, así como de su enrace.
La muda de las pinzas o dientes frontales se realiza en los bovinos a los 24 meses de edad; los primeros medianos cerca a los 36 meses; los segundos medianos hacia los 42 meses; y, los últimos, hacia los 56 meses. El desgaste de las piezas dentarias también refleja edades definidas, fruto de triturar los alimentos, haciéndoles perder progresivamente el esmalte.
El examen diagnóstico debe incluir la revisión de las mucosas del animal, haciendo revisión visual de los labios y la mucosa bulbar lo que orienta en eventuales enfermedades que afecten la reproducción, como anemia, parasitismo, fallas hepáticas o infecciones del tracto reproductivo. Secreciones y olores anormales deben ser tenidos en cuenta por el médico veterinario en su diagnóstico.
El profesional debe, posteriormente, realizar una palpación transrectal provisto de una manga obstétrica y aceite lubricante que le facilite esta labor. Allí, ayudado por el tacto, se determina la forma y estado de las estructuras del tracto reproductivo avanzando desde la vulva al cuello uterino y posteriormente a las trompas del útero y los ovarios para detectar sus estructuras como cuerpos lúteos o folículos.
Se detectan allí, con la palpación, anormalidades en el tracto reproductivo o quistes ováricos. Otros indicadores que se buscan en el diagnóstico de preñez son la presencia de pulso fuerte en la arteria uterina, estructuras placentarias y la presencia de estructuras fetales. (Lea: Ultrasonografía en hembras, ¿cómo se comporta y qué detecta?)
Señales según los días
Hacia el día 40 de gestación se observa una asimetría o diferencia de tamaño de los cuernos uterinos puesto que en uno de ellos se está desarrollando el embrión.
Se encontrará en los ovarios un cuerpo lúteo definido y creciente que será el encargado de producir la progesterona que mantendrá la gestación. Hacia el día 50 se muestra el cuerpo uterino más grueso y hacia los dos meses de gestación ya es posible determinar el deslizamiento de las membranas placentarias.
Al terminar el primer tercio de la gestación se podrá encontrar un feto de 10 a 15 centímetros de largo y se podrán palpar los crecientes placentomas; a los 120 días se palpan más grandes y el feto puede alcanzar 25 centímetros de largo.
Sobre los cinco meses el feto aún más grande estará descendiendo en abdomen y será más difícil de encontrar en la palpación rectal por la distancia y ya habrá un evidente pulso de la arteria uterina sobre el techo de la pared pélvica.
De allí en adelante el feto seguirá creciendo hasta llegar al momento del parto pesando entre 25 y 35 kilogramos, según su tamaño racial. (Lea: Conozca la importancia de la palpación rectal y la ultrasonografía)
Estas estructuras y tamaños son fácilmente identificables solamente por la experiencia del médico veterinario por lo que no es recomendable que personal no capacitado y sin experiencia realice este tipo de procedimientos diagnósticos.
Igualmente se pueden determinar en estadios avanzados de preñez la colocación adecuada del feto o si se debe estar pendiente por si se requiere acompañamiento a la hora del parto con maniobras obstétricas que deben realizar personal experto.
Actualmente se cuenta en campo con métodos o ayudas diagnósticas y de preñez como el ecógrafo, que operado por un profesional es una herramienta muy útil a la hora de diagnosticar preñeces tempranas de menos de 30 días, así como patologías de la reproducción que deberán ser tratadas según criterio médico.