A propósito de esta conmemoración que se celebra cada 22 abril, le contamos cómo un proyecto en cuatro municipios del Meta demuestra que la ganadería puede ser aliada de la conservación ambiental, con beneficios reales para comunidades rurales y el medio ambiente.
Cada 22 de abril, el mundo reflexiona sobre la urgencia de proteger el medio ambiente debido a la celebración del Día de la Tierra.
En el Meta, Colombia, 40 fincas ganaderas están dando ejemplo. A través de un proyecto que une conservación ambiental y producción bovina, estas fincas demuestran que es posible trabajar la tierra sin destruirla. (Lea en CONtexto ganadero: En el Día Internacional de la Tierra, tenga claro cómo puede cuidarla)
Se trata del proyecto “Economía por servicios y productos no maderables del bosque en predios ganaderos” impulsado por la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) y financiado por la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) a través del programa ‘Pro Rural’.
La iniciativa se desarrolla en los municipios de San Martín, Mapiripán, Puerto Rico y Vista Hermosa, y articula esfuerzos con entidades como el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), la Gobernación del Meta, las alcaldías locales, la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Área de Manejo Especial La Macarena (Cormacarena) y el Comité de Ganaderos del Meta.
Conservar y producir
El eje central del proyecto es la conservación y restauración de bosque natural en zonas ganaderas sin frenar la productividad. Además, busca generar ingresos complementarios con productos forestales no maderables, especialmente para mujeres y jóvenes rurales.
Diego Alexander Guarín Méndez, gestor de proyectos del área de Ganadería Sostenible de Fedegán, explicó que el proyecto “está alineado con los lineamientos de política de Ganadería Bovina Sostenible 2022-2050”, y que su ejecución busca sentar las bases para una ganadería sostenible, productiva y respetuosa del medio ambiente.
Cada uno de los 40 predios pasa por un proceso de Planificación Predial Participativa, donde se recogen datos del hato, producción y manejo del predio, además de evaluar 20 indicadores clave: ambientales, productivos, socioeconómicos y de gobernanza. Esta información se ha gestionado con una herramienta tecnológica llamada Visiprast, diseñada por Proyección Eco-Social, para facilitar la trazabilidad en la cadena de suministro agrícola y proteger el medio ambiente.
“Este diagnóstico detallado permite tomar decisiones orientadas a mejorar la producción sin afectar el entorno natural”, afirmó Guarín. (Lea en CONtexto ganadero: “Ganadería sostenible y restauración son íntimos y naturales generadores de vida en el campo”: Fedegán)
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Meta superada
Uno de los logros más significativos es haber superado la meta de conservación de 3.000 hectáreas. Actualmente, el proyecto ya protege más de 3.500 hectáreas entre bosque natural y zonas en restauración.
La firma de acuerdos de conservación se ha hecho con el respaldo de productores, autoridades locales, Fedegán y GIZ. Además, se instalaron 40 kits de cercas eléctricas (20 solares y 20 comerciales) para proteger estas zonas.
Un componente clave del proyecto es la entrega de más de 20.000 plantas no maderables del bosque, como uva caimarona, chontaduro, moriche, copoazú y marañón, por parte de Cormacarena. Estas especies no solo ayudan en la restauración ambiental, sino que representan una oportunidad económica a través de su aprovechamiento sostenible.
“Con estas plantas no solo se protege el suelo, también se crean nuevas fuentes de ingreso”, señaló Guarín.
Reservas naturales
Otro avance es el proceso de orientación para que los predios participantes puedan convertirse en Reservas Naturales de la Sociedad Civil (RNSC). Se está trabajando con Parques Nacionales y la Gobernación del Meta para que los ganaderos interesados avancen hacia la declaratoria formal.
Este paso permitiría el acceso a incentivos como pagos por servicios ambientales y bonos de carbono, fortaleciendo así la economía verde en la región.
Empoderar a jóvenes y mujeres rurales
Durante los recorridos por los predios, se ha identificado una variedad de productos y servicios del bosque con potencial de mercado. Con base en estos datos, se está desarrollando un manual técnico y modelos de negocio enfocados en beneficiar a mujeres y jóvenes.
Próximamente, con apoyo del SENA y el Comité de Ganaderos, se iniciará una fase de talleres y capacitación para que estos emprendedores puedan materializar sus ideas.
Este proyecto en el Meta muestra que es posible construir una ganadería que cuida el bosque, impulsa el desarrollo rural y combate el cambio climático.