Cuando un técnico inseminador o un veterinario palpa un animal para determinar síntomas de celo, está básicamente sintiendo el aumento del tono del útero en respuesta a los altos niveles estrógenos presentes en el sistema circulatorio.
Así lo planteó Mel DeJarnette, especialista en reproducción de Genética Selecta, al señalar que como claves para el diagnóstico de celo se verifican las estructuras presentes en el ovario como presencia de folículos y/o cuerpos lúteos y puede presentarse además descarga de moco cervical.
Sin embargo, dijo, estos síntomas (además de paredes enrojecidas de la vulva, tratar de montar vacas que no están en celo, intranquilidad, bramidos excesivos entre otros), son todos signos secundarios de celo y son predictores menos precisos para calcular el momento adecuado de inseminación al compararlos con el síntoma primario “la vaca se queda quieta cuando la monta una compañera". (Lea: ¿Cuál de estos métodos utiliza para detectar el celo en su ganadería?)
Si se busca maximizar las tasas de fertilización, las vacas deben ser inseminadas de acuerdo con el momento en que ocurra la ovulación (liberación del óvulo desde el ovario), para asegurar que muy cerca de ese momento, una gran cantidad de espermatozoides estén presentes en el oviducto, esperando para fertilizar el óvulo maduro. Entonces, “si queremos realizar las inseminaciones al momento correcto, debemos hacer una exacta predicción del momento en que va a ocurrir la ovulación”.
El término "Detección de Celos" implica que el inseminador debe buscar signos de celo. Sin embargo los signos de celo tienen un limitado valor si el inseminador no procura predecir concienzudamente el momento de la ovulación e insemina los animales basado en esta predicción.
La duración e intensidad de los signos del celo estable (la vaca permite que la monten sus compañeras) pueden cambiar en cada vaca pero en promedio tiene una duración de 10 a 12 horas. Aunque la ovulación es disparada por el mismo sistema hormonal que causa que la vaca entre a celo estable, esta no ocurre hasta después de 25 a 30 horas.
Los signos secundarios de celo, incluyendo el aumento del tono uterino, son estimulados por pequeños incrementos en los niveles de estrógeno circulante. En algunos casos, los signos secundarios de celo pueden ser observados hasta 48 horas antes de comenzar el celo estable. Sin embargo, en otras vacas pueden ocurrir pocas horas antes. La ausencia de signos secundarios de celo puede ser un buen signo de que la vaca no debe ser servida. Sin embargo, estos pueden ocurrir hasta dos días antes o el día en que comienza el celo estable y puede durar sólo el día del celo estable e inclusive, uno o dos días luego que finalizan las montas, sostuvo el especialista. La presencia de estos signos secundarios de celo (incluyendo el tono uterino), es indicador que este es un animal que se encuentra bajo la influencia de altos niveles de estrógenos, pero no necesariamente es una señal confiable para predecir el momento de la ovulación.
El momento preciso para realizar la inseminación sólo puede ser calculado si se conoce el momento en el cual la vaca se dejó montar por primera vez, es decir, el momento en que comenzó su celo estable. Inseminar las vacas 10 a 12 horas luego de que las vacas son observadas por primera vez recibiendo la monta de sus compañeras pueden permitir que el espacio de tiempo en que los espermatozoides permanecen vivos y fértiles (20 a 24 horas) en el tracto reproductivo de la vaca coincida con el corto tiempo de vida del óvulo (de apenas 6 a 8 horas). Inseminar vacas basados en signos secundarios de celo puede resultar en que varios animales son inseminados muy temprano lo que conlleva a que gran parte de los espermatozoides estén muertos o sin la energía suficiente al momento de la ovulación. (Lea: Fallas y aciertos de los ganaderos a la hora de detectar los celos bovinos)
Inseminar vacas basados en signos secundarios de celo incluyendo "Pálpela y mire usted que piensa", debe ser la excepción y no la regla en aquellos hatos en los que se espera obtener altos niveles de eficiencia reproductiva.
El experto expresó algunos hábitos que el ganadero debe tener en cuenta como manipular las pajillas por debajo de la línea de congelación del cuello del termo, es decir, en el lugar en dónde se forma la línea de escarcha. Se debe utilizar siempre pinzas, no manipular las pajillas con los dedos.
Controlar la temperatura. Mantener congeladas las pajillas que no se van a utilizar y procurar que el nivel de nitrógeno líquido del termo permanezca por encima de la mitad de la capacidad de almacenamiento.
Llevar una tarjeta de inventario de semen, de esta manera se puede llegar fácil y rápidamente a la pajilla que desea utilizar.
Descongelar el semen a 35 grados centígrados durante 45 segundos. Mantener la temperatura del semen estable hasta el momento en el cual sea depositado en el útero de la vaca. Frotar la pistola de inseminación con una toalla de papel para que tome una temperatura similar a la del agua de descongelación. (Lea: Observe estos signos para detectar el celo en bovinos)
Depositar el semen en el útero dentro de los 10 minutos siguientes a la descongelación del semen.
Mantener altos niveles de higiene durante el proceso de inseminación. Limpiar y secar la vulva y todos los instrumentos que se usarán en el proceso (pinzas, tijeras o cortapajillas, pistola de inseminación, termo descongelador, etc.). Conservar las fundas en su empaque original, no permitir que éstas se contaminen con polvo o agua.