Este comenzó con la puesta en marcha de dos clústeres ganaderos bovinos en las zonas del Urabá y Bajo Cauca, en cinco fincas por región –de entre 400 y 500 hectáreas– en los municipios de Arboletes, Necoclí, San Pedro de Urabá, Nechí, Cáceres y Caucasia, orientados a la reconversión ganadera sostenible, con baja huella de carbono y alto bienestar animal. (Lea: Lo que se le olvidó a la ONU decir: la ganadería SÍ hace su aporte para reducir los gases de efecto invernadero)

Aunque en el país ya existen antecedentes sobre la implementación del silvopastoreo en la ganadería, el proyecto cuenta con un componente novedoso que es la forma de medir el metano, un proceso técnico creado en la Universidad Nacional Sede Medellín y que se espera pueda ser replicado en todo el país, gracias al interés del Ideam, encargado de hacer el inventario de GEI en el país.

“Este consiste en introducir en una cápsula un gas llamado hexafluoruro de azufre, que químicamente se liga muy bien con el metano. Dicho objeto tiene una membrana permeable que permite que el hexafluoruro de azufre salga lentamente y pueda ser medido, por lo que lo introducimos vía oral en el animal para que los gases se mezclen en el estómago del animal”, explicó el docente.

Esa mezcla de los gases que salen por vía oral del animal se recoge en un collar de PVC que se le pone al animal en el cuello y que los succiona de manera permanente para diariamente hacer un muestreo de la mezcla de los dos gases. Posteriormente ese collar se lleva al laboratorio de la Universidad donde se mide la concentración de los dos gases por cromatografía.

Normalmente estos gases como el metano se mide en cantidad por día por vaca, es decir, cuántos gramos de metano emite diariamente cada animal. En términos generales, en ganadería de carne las emisiones están entre 500 y 600 gamos de metano por animal al día, mientras que en ganadería de leches es un poco menos, entre 300 y 400 gramos.

“Con estas técnicas somos capaces de determinar de manera individual, en pastoreo, las cantidades de metano que emite un animal por día y posteriormente diseñamos estrategias como el silvopastoreo y otras que tienen que ver con la mejora de la calidad nutritiva de la dieta para disminuir estos valores de emisiones de metano entérico”, explicó Giraldo. (Lea: Crean suplemento que no solo reduce el metano sino que genera ingresos a ganaderos)

Con ello se busca que la ganadería sea más sostenible y amigable con el medio ambiente para así mismo tener esos productos que se quieren llevar a un nicho de mercado exigente.

El productor tiene varios beneficios, en primer lugar en el caso de la ganadería de carne, los animales van a ganar más peso diario, van a tener un mayor rendimiento y adicionalmente se va a tener la posibilidad de contar con más animales por hectárea. En el caso del ganado lechero, van a producir más leche por día cuando se implementan los sistemas silvopastoriles en la finca.

Adicionalmente los ganaderos tienen ingresos económicos mayores porque cuando los árboles y el suelo inmovilizan el carbono que está circulando en el ambiente, a través de los procesos naturales, el carbono que inmoviliza tiene un valor en el mercado y eso representa un ingreso adicional a la venta de leche o carne.