En Argentina, una empresa descubrió una formula para alimentar el ganado bovino que promete reducir los gases de efecto invernadero.
‘Reductane’ es el nombre de la empresa que produce aditivos alimenticios naturales en Argentina y que ahora quiere abrir un nuevo mercado en el ganado bovino, empleando como fórmula de estos suplementos el alga roja. Gracias a un estudio descubrieron que este es un alimento que posee múltiples beneficios para la salud y que permite reducir entre un 80% y un 95% de los Gases de Efecto Invernadero producidos por las vacas.
Durante diez años estudiaron el alga roja como alimento y se comprobó que sumando muy pocas cantidades de estas algas rojas a la dieta bovina logran disminuir la emisión de metano en grandes proporciones, y mejorar la salud de los animales, "por eso queremos fabricarla en aditivos que luego serán comercializados”, explica Fernán Oscar Gizzi, líder y biotecnólogo de la organización, quien dijo que este suplemento se utiliza como agregado a la dieta normal de estos animales y en dosis que van de los 0,2 a 2%.
El cliente potencial de Reductane son, justamente, las empresas productoras de alimento balanceado para sectores como el engorde. Según explica el líder del proyecto, hay alrededor de 600 firmas de este tipo en Argentina, las cuales muchas veces no llegan a abastecer a un mercado tan grande como es el de los bovinos. “Por 100 kilos que come el animal, un 2% llevaría de nuestro producto y, aun así, siendo tan poco, es enorme el consumo que esto implica”, señala.
Si bien la iniciativa aún está en etapa de maduración, las posibilidades de escalarla son muchas, ya que se trata de un desarrollo novedoso para un sector que requiere innovación y practicas sostenibles. “Los estudios dicen que el modelo ganadero actual se va a sostener varios años más, pero que estamos virando hacia otro esquema. De hecho, creo que la ganadería como sector se ve interpelada por nuevos avances que surgen en este sentido”, considera Gizzi.
Esta empresa ganó un premio por haber sido uno de los equipos distinguidos en el marco del concurso Planes de Negocio, y gracias a eso accedieron a un espacio de coworking en la Siberia donde montarán una pequeña oficina para avanzar con el plan de trabajo. Otro de los puntos que contemplan por delante es continuar participando de trayectos formativos para mejorar los puntos centrales del proyecto y abrir su círculo a nuevos interesados, tanto personas que quieran formar parte del desarrollo como inversores.
“Queremos competir en distintas propuestas. Nos vamos a meter en convocatorias para intentar ganar premios, hacernos ver y, a mediano plazo, poder entrar en rondas de inversión”, contó Gizzi y agregó que está en conversaciones con fondos de inversión y que, de cara al año que viene, buscarán postular la iniciativa a una competencia con Base Tecnológica que desde el año 2009 promueve el Instituto Balseiro en Argentina.
Esta organización, liderada por Gizzi, está conformada por los biotecnológos Alan Blanc y Gonzalo Martínez, quienes trabajan junto a Gizzi en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario, y por la antropóloga Alexandra Acosta, dedicada a realizar aportes vinculados al impacto social y ambiental del proyecto. Actualmente, tienen la meta de impulsar el potencial del negocio, incorporando a una quinta integrante proveniente del ámbito empresarial.