Uno de los primeros aspectos que se deben analizar antes de introducir una vaca a un hato lechero debe ser su ubre. Esta glándula se puede clasificar según su forma: rectangulares, pendulosas, y globosas. Lo ideal es que la ubre sea lo suficientemente grande como para producir una excelente cantidad de leche y presente unos ligamentos correctamente formados que eviten que se presente cualquier tipo de traumatismo. De acuerdo con Lina Niño, médica veterinaria, experta en sanidad de la ubre, genéticamente se ha venido trabajando mucho el tema de las ubres tanto en el ganado de lechería especializada como en el de carne. (Lea: Anatomía de la ubre, asunto que le compete a los ganaderos) Indicó que hoy en día cuando un ganadero o especialista se encuentra con un animal con una ubre pendulosa con pezones con forma de embudo, muy comunes en vacas criollas, o en especies que han experimentado muy poco manejo genético, va a haber una tendencia a no ser seleccionado. Las hembras con ubres pendulosas o caídas tienden a tener una predisposición a sufrir de mastitis, y en muchos casos sus pezones no se acomodan correctamente a las máquinas que realizan el ordeño o resultan lastimados o pisados por el mismo ejemplar. "Este tipo de ubres no son consideradas una buena opción ni para el doble propósito con ordeño con ternero o manual, ni mucho menos para un ordeño mecánico", explicó. Comentó que de acuerdo a la etapa productiva de la vaca o al número de partos, los ligamientos van cediendo y hay vacas que terminan con ubres pendulosas, lo cual aumenta el riesgo de padecer mastitis. (Lea: Ganadero, aprenda de salud mamaria en hatos de leche) En ese sentido se manifestó Javier Sanabria, médico veterinario quien dijo que cuando una ubre tiene ligamentos débiles y una inserción delantera bastante pronunciada, seguramente en el momento de la primera lactancia se va a descolgar. Partiendo de su experiencia, Niño sostuvo que en la mayoría de lecherías especializadas se pueden observar ubres con ligamentos delanteros y traseros fuertes que permiten que estén bien prendidas al cuerpo del animal. Agregó que en este segundo tipo de ubre, que tienden a tener una forma rectangular, se puede apreciar una suave inserción al abdomen de la vaca, con más tejido glandular, un ligamento trasero alto y unos pezones de 4 a 6 centímetros, cilíndricos. Por su parte Sanabria señaló que lo que hoy en día se busca en una hembra productora es que tenga una ubre bien nivelada, y con una excelente irrigación, pues al tener estas características es posible predecir que su producción de leche será la deseada. Por otro lado, la experta indicó que hay algunas vacas que por el desgaste de la producción necesitan un poco más de ayuda en el ordeño mecánico y se les debe realizar un escurrido o vaciado completo porque tienden a acumular o guardar leche en la ubre, estas se conocen como globosas. "Las vacas terminan embolsando la leche, como lo llaman en el medio algunos ordeñadores y eso no es lo deseado", sentenció. (Lea: Ganadero, aprenda de salud mamaria en hatos de leche) Conocer la forma de la ubre que se requiere para la producción láctea es un asunto que le compete a todo productor, debido a que si se cuenta con un animal con buenas características va a poder asegurar una mayor productividad.