La ganadería es señalada a menudo como una de las actividades que más contribuye al calentamiento global causado por el hombre. Sin embargo, varios investigadores han coincidido en que las vacas están lejos de provocar el recalentamiento de la Tierra, sino todo lo contrario, pueden jugar un papel crítico en la lucha contra el cambio climático.

Frank Mitloehner, profesor especialista en calidad del aire en el Departamento de Ciencias Animales de la Universidad de California en Davis, dice que el metano liberado por las vacas se recicla después de un tiempo en dióxido de carbono y agua, y este proceso se repite constantemente en un ciclo biogénico cerrado, lo que significa que no hay una aportación adicional de carbono. En contraste, la quema de combustibles fósiles añade constantemente más carbono a la atmósfera, lo que aumenta la concentración de dióxido de carbono a lo largo del tiempo.

Además, según el profesor, el metano tiene una vida útil más corta que el dióxido de carbono en la atmósfera. Mientras que el dióxido de carbono puede permanecer en la atmósfera durante más de 1 000 años, el metano se descompone en unos 12 años. Esto significa que si reducimos las emisiones de metano de la ganadería, podremos ver resultados positivos en un período de tiempo mucho más corto que si reducimos las emisiones de dióxido de carbono.

¿Cómo reducir hasta en un 99% la emisión de metano?

Recientemente, la Universidad de Bonn en Alemania llevó a cabo un estudio que encontró que las emisiones de metano de la ganadería podrían reducirse en un 99% mediante medios sencillos y económicos, resultados que fueron publicados en la revista Waste Management.

Felix Holtkamp, ​​quien está completando su doctorado en el Instituto INRES de Ciencias de Cultivos y Conservación de Recursos de la Universidad de Bonn, explica que “se estima que hasta el 50% del metano se origina en procesos de fermentación en el estiércol”, por eso, los investigadores utilizaron cianamida de calcio, una sustancia química que se ha utilizado como fertilizante durante años, para detener la formación de metano en el estiércol generado por el ganado.

El experimento fue muy exitoso, dado que las emisiones de metano disminuyeron en un 99% después de agregar la cianamida de calcio al excremento. Este efecto comenzó casi inmediatamente después de la adición y persistió durante todo el experimento, que duró seis meses.

“Combinamos lodo de una granja en el laboratorio con cianamida de calcio, una sustancia química que se ha utilizado como fertilizante en la agricultura durante más de 100 años”, dijo Holtkamp, y añadió: “esto detuvo casi por completo la formación de metano”.

La forma en que funciona la cianamida, es transformado el estiércol por bacterias y hongos descomponiendo el material orgánico no digerido en moléculas cada vez más pequeñas. El metano se produce al final de estos procesos. “La cianamida cálcica rompe esta cadena de transformaciones químicas y lo hace simultáneamente en diferentes puntos, como pudimos comprobar en el análisis químico del lodo tratado en consecuencia”, explica Holtkamp. «La sustancia suprime la degradación microbiana de los ácidos grasos de cadena corta, un intermediario en la cadena, y su conversión en metano. Todavía se desconoce exactamente cómo sucede esto».

Los investigadores creen que esta solución puede ser muy efectiva a largo plazo, ya que el excremento se podría almacenar hasta el comienzo de la siguiente temporada de crecimiento y luego se esparce en los campos como fertilizante.