La contribución de las vacas a la ciencia va más allá de la alimentación. La BSA y el FBS son pilares fundamentales en numerosos campos de la investigación científica y la biotecnología, impulsando avances que benefician a la humanidad.
Albúmina de suero bovino (BSA)
Según el portal GoldBio, la BSA (por sus siglas en inglés) es una proteína globular derivada del suero de vacas adultas. Su capacidad para estabilizar enzimas y otras proteínas la hace invaluable en muchas aplicaciones de laboratorio, como cultivos celulares y ensayos bioquímicos. Su popularidad se debe a su capacidad para:
- Estabilizar proteínas: La BSA previene la degradación de proteínas sensibles durante los experimentos.
- Bloqueo en Western Blotting: Es utilizada para bloquear sitios no específicos, asegurando que los anticuerpos se unan solo a las proteínas de interés.
- Cultivo celular: Ayuda a mantener las células en condiciones óptimas de crecimiento, proporcionando nutrientes esenciales y factores de crecimiento. (Lea en CONtexto ganadero: Así es como aprovechan en EE. UU. los subproductos animales)
Suero bovino fetal (FBS)
Por su parte, el sitio web Thermo Fisher Scientific indicó que el FBS, obtenido de fetos de vaca, es un suplemento ampliamente utilizado en cultivos celulares debido a su alta concentración de factores de crecimiento y hormonas que promueven la proliferación celular. Algunas de sus aplicaciones más destacadas incluyen:
- Cultivo celular: El FBS es fundamental para el crecimiento y mantenimiento de líneas celulares in vitro, siendo esencial en investigaciones sobre cáncer, desarrollo de vacunas y terapia celular.
- Investigación biotecnológica: Se utiliza en la producción de proteínas recombinantes y anticuerpos monoclonales, herramientas cruciales en el desarrollo de tratamientos médicos avanzados.
- Ensayos de toxicidad y farmacología: El FBS proporciona un entorno cercano al fisiológico, permitiendo la evaluación precisa de los efectos de nuevos fármacos y compuestos químicos.
Consideraciones éticas y sustentabilidad
El uso de FBS ha generado debates éticos debido al método de obtención, que implica la recolección de sangre de fetos bovinos durante el proceso de sacrificio de la vaca madre. Para abordar estas preocupaciones, se han implementado estrictas regulaciones y controles veterinarios para asegurar prácticas éticas y minimizar el sufrimiento animal.
Además, se están explorando alternativas al FBS que también provienen del ganado, como fluidos oculares bovinos, así como suero humano de plaquetas, que pueden ofrecer beneficios similares con menor impacto ético.