A propósito del aval otorgado por el gobierno de Israel para la entrada de carne colombiana, CONtexto ganadero le explica de qué se trata este sello, que parte de los preceptos de la religión judía sobre que los practicantes pueden y no pueden ingerir.   La cashrut o kashrut es el término hebreo que se traduce como lo que es “correcto” o “apto para su uso” y, según el judaísmo, designa los principios que Dios les entregó como parte del alimento al cuerpo y al alma, que están íntimamente ligados. El kosher es aquel que sigue estos preceptos, aunque el término se utiliza para reemplazar la cashrut.   Las leyes de cashrut provienen del Levítico de la Torá y se extienden prácticamente a todos los alimentos, y no únicamente a las prohibiciones de comer carne de cerdo o no mezclar cárnicos y lácteos. (Lea: Luz verde para exportar carne bovina colombiana a Israel)   Consultado por CONtexto ganadero, el rabino Moshe Shlomo Yerushalmi explicó en qué consisten estos preceptos y el aval otorgado por el Estado israelí, en su papel de autoridad religiosa pero también desde su labor como shojet (carnicero o matarife).   “El Estado de Israel hizo una investigación sobre la infraestructura de Colombia para proporcionar carne de exportación con las calidades que exige. Ellos no solamente revisaron la sanidad del ganado, sino también las condiciones de los mataderos donde se podría eventualmente hacer sacrificio kosher”, señaló.   El rabino, que ha cumplido con labores como la supervisión de productos alimenticios kosher fabricados en exclusiva para la comunidad judía en empresas como La Constancia y Alpina, detalló estos requisitos. (Lea: ¿Por qué le conviene a Colombia vender carne vacuna a Israel?)   “Los criterios que tiene el Estado de Israel en este tema son básicamente las calidades que puedan presentar la infraestructura de los mataderos, la sanitización de los diferentes elementos utilizados en el proceso, la capacidad de los operarios, y además que tengan en el mismo lugar del matadero, tengan un espacio para realizar el sacrificio de la manera más eficiente”, agregó.   Para el sacrificio de las reses, la religión establece un ritual conocido como shejitá, donde se aplican normas que determinan si un animal puede ser consumido. Desde un principio, los que mueren por causas naturales o con defectos quedan prohibidos.   Al momento del degüello, se debe hacer una incisión profunda el cuello del animal con un cuchillo cuadrado sin punta. Si el shojet realiza el procedimiento de forma inadecuada o no se esfuerza por disminuir el dolor, se debe desechar la carne.   Debido a que la Torá prohíbe el consumo de sangre, la res debe alzarse de una pata para ser totalmente desangrada antes de ser consumida. En este momento, se deben inspeccionar las vísceras para saber si hay algún rastro de enfermedad.    Los judíos defienden que la shejitá es un modo más humano de sacrificar un bovino que otros como la pistola de aturdimiento, y que al no sentir dolor, el organismo no libera tantas toxinas en la sangre. (Lea: Colombia tiene 2 tareas pendientes para lograr venderle carne a Israel)   Si bien en Colombia ya hay numerosos establecimientos que cuentan con el sello Kosher, la noticia del aval de Israel constituye un importante logro para todas las entidades que han hecho estos acercamientos desde hace casi 5 años, y que incluyen a Fedegán y al Fondo de Estabilización de Precios, FEP, así como los ministerios de Agricultura y Comercio Exterior, el ICA, el Invima, las plantas de sacrificio y los otros gremios.