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Foto: comeconciencia.org

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De monocultivo a éxito sostenible. La transformación de una finca colombiana

por: CONtexto ganadero- 31 de Diciembre 1969

La historia de una granja que ha logrado transformar su modelo de monocultivo en uno autosostenible y exitoso –en un mundo cada vez más consciente de la importancia de la sostenibilidad y la seguridad alimentaria–, es una fuente de inspiración.

En el pasado, la franja se basaba en el cultivo de un solo producto, el café, lo que la hacía vulnerable a las variaciones del mercado y a los efectos negativos de las prácticas agrícolas intensivas. Sin embargo, las nuevas generaciones familiares decidieron tomar un camino diferente, adaptando un enfoque más holístico y sostenible de la agricultura. (Lea en CONtexto ganadero: Más allá de las 5 libertades para un Bienestar Animal)

Esta transformación no solo ha beneficiado al medio ambiente y la economía local, sino que también ha brindado a los propietarios de la granja Mamá Lulu una mayor independencia y satisfacción.

Marco Antonio Hincapié Acevedo, administrador de la granja Mamá Lulu, asegura que este es un proyecto familiar autosostenible con una trayectoria de 40 años, en la que “con cuatro generaciones familiares hemos venido desarrollando un modelo de vida alternativo en el campo con el involucramiento de procesos productos para el sostenimiento de la familia”.

De acuerdo con Hincapié Acevedo, en todos estos años se han transformado de una agricultura convencional a sistemas de agricultura agroecológica y permacultura.

“En estos años de evolución, la familia ha buscado garantizar que las producciones no sean para vender, sino para autosostenerse. Es por esto que en la actualidad venimos trabajando en fuertes procesos productivos agropecuarios que nos conduce en un fuerte proceso de conservación ecológica y ambiental”, describe Hincapié Acevedo.

Esta finca es muy productiva en términos de comida, agua, oxígenos, siendo el hábitat de 10 personas de esta familia y de un sin número de microorganismos que ayudan a la conservación.

Uno de los cambios más importantes implementados fue la diversificación de los cultivos. En lugar de depender de un solo producto, como lo es el café, la granja comenzó a cultivar una variedad de frutas, verduras y hortalizas. Esto no solo redujo el riesgo de pérdidas económicas, sino que también permitió a la granja de Mamá Lulu ofrecer una gama más amplia.

Hincapié Acevedo menciona que fueron los “hijos los que quisieron cambiar esa realidad que asumía la familia, transformando ese monocultivo de café por un sistema de vida alternativa, es decir que lo que buscaba la familia ya no era depender de una economía del café, sino depender de un sistema de economía endógena en donde no se produce para vender, se produce para no tener que comprar”.

Junto con la diversificación, la granja también adoptó una serie de prácticas agrícolas sostenibles para garantizar la seguridad alimentaria de la familia. “La tercera generación familiar, hijos de mamá lulu que es la abuela, es la que más ha trabajado en la sostenibilidad del proyecto”, sostiene Hincapié Acevedo.

Además, se comenzó a integrar la crianza de algunos animales como los cerdos y las gallinas con las operaciones agroindustriales. La cría de animales ha proporcionado fertilizantes naturales para los cultivos, mientras que la agroindustria ha permitido a la granja de Mamá Lulu transformar parte de su producción en productos de valor agregado.

Esta historia de la granja de Mamá Lulu es un ejemplo inspirador de cómo la agricultura sostenible puede ser no solo viable, sino también rentable y gratificante para la familia. Su transformación demuestra que es posible superar los desafíos del monocultivo y crear un sistema agrícola que beneficie al medio ambiente, la economía local y la calidad de vida de las familias. (Lea en CONtexto ganadero: Acariciar a los terneros contribuye a mejorar la ganancia de peso)