La laminitis es la hinchazón de la lámina del casco que puede ocasionar un problema frecuente en todos los equinos. Conozca por qué se produce, cuáles son los síntomas y cuál tratamiento debe aplicar para aliviar antes de que sea más grave y se produzcan complicaciones.   Esta patología consiste en la separación de la pared del casco y la falange distal, que normalmente se llama hueso del casco, hueso pedio o tercera falange, similar al hueso de la punta del dedo central en los humanos.   Igual que con la uña humana, la pared del casco está fuertemente sellada al hueso del casco con una unión de piel y epidermis. La unión pared del casco y el hueso es lo único que impide que el peso del cabello (alrededor de 500 kg) saque al hueso de la parte de debajo de la suela.   La unión debe ser lo suficientemente fuerte como para soportar la presión que soporta el casco al galopar, y lo suficientemente flexible como para dejar que la pared del casco crezca. (Lea: Prevenga las lesiones no infecciosas que afectan las pezuñas de los bovinos)   Para que la resistencia de esta unión sea máxima, se conecta por varios cientos de pliegues conocidos como láminas. Estas están formadas por células vivas con abundante suministro de sangre y nervios, que pueden deteriorarse y provocar la aparición de enfermedades como la laminitis.   Entre las causas de esta patología están los trastornos digestivos por sobrecarga de granos o cambios bruscos en la dieta, consumo de forraje fresco antes de que el caballo haya tenido tiempo de adaptarse, liberación de toxinas en el torrente circulatorio, cólicos, retención de placenta en las yeguas, beber agua muy fría cuando están muy fatigados, traumatismos constantes o sobrecarga de peso en una extremidad por la alteración de los aplomos.   Los factores de riesgo que incrementan la susceptibilidad de los caballos a padecerla van desde el sobrepeso y la dieta excesiva, como la predisposición en las razas pesadas como los caballos de tiro. (Lea: Prevenga las 3 clases de laminitis que afectan pezuñas de bovinos)   Otros factores incluyen la falta de ejercicio que puede derivar en la obesidad del animal, golpes excesivos de las pezuñas en superficies duras como suelos de concreto, estrés debido al transporte, formación deficiente del casco o antecedentes de laminitis.   Los síntomas son cojera, calor en el casco, aumento del pulso digital, dolor cuando se aplica presión, resistencia al andar o camina con pasos cortos y rápidos, postura antiálgica para alivar el dolor, o se tumban en el suelo cuando hay molestia en las 4 extremidades.   El tratamiento se debe aplicar tan pronto se detectan los primeros síntomas, pues entre más rápido se inicie, mejor será la posibilidad de recuperación. Este va desde la restricción absoluta de la dieta, la estabulación en suelos blandos, aplicación de frío.   Recuerde que no se deben aplicar fármacos hasta no contar con la prescripción de un médico veterinario.  (Lea: 3 tipos de instalaciones para preservar la seguridad de sus equinos)