Llevar datos y registros de diferentes ítems de la ganadería es fundamental si se quiere ser rentable, eficiente y competitivo.

Así lo planteó el experto Jorge Humberto García Hernández, de ganaderiaproductivaymaslimpia.com quien destacó la importancia de llevar controles y en el momento necesario poder analizar los resultados.

Sostuvo que “para poder subsistir hay la necesidad de evaluar, sin datos, no se sabe nada, no se compite con nadie”.

Para el profesional lo importante de un animal no es su apariencia, es decir, sus características externas, aunque también se debe tener en cuenta, sino que es clave conocer los resultados de su desempeño en diferentes aspectos. (Lea: Más allá de la trazabilidad y sus objetivos)

En su caso, dijo, una de las prácticas generales y mensuales que realiza en la finca, es hacer pesajes y controles de los animales, para así tener un seguimiento de ellos y del lote manejado.

“Es la única verdad de lo que estamos haciendo en nuestros programas ganaderos y sobre todo en ceba que al final el objetivo que tenemos es el de aumentar el peso diariamente para así tener un animal en los pesos esperados lo más pronto posible”, manifestó.

Recordó que todos los animales son diferentes y en cuanto a los programas de ganadería, la ceba es el más fácil de realizar, pero según dijo, “lo llevamos con unas prácticas de costumbres, las cuales nos lo hace llevar en una forma no muy adecuada y si decimos que este es el más fácil, ¿cómo estaremos desarrollando los otros esquemas, como la cría y la lechería?”

En ceba lo que se debe buscar es el mayor aumento de peso posible de los animales y que este sea diariamente, para tener un resultado más rápido, pero en los esquemas tradicionales lo que generalmente se hace es dar a los animales mayores las mejores pasturas para así sacarlos más rápido, pero al salir ellos de los potreros, a esas cuadras se ingresan los animales de menos peso, empostados o levantes, a los que se les ofrecen las sobras de los primeros, haciendo que no sea el mayor rendimiento de ellos ya que no tiene la cantidad y calidad de las pasturas que requieren.

Adicionalmente, indicó, a los animales destetos, se les marca, a veces se castran, les quitan la madre y además se mandan a los potreros más regulares de las fincas, haciendo que estos tengan muy bajos rendimientos, siendo esta una de las causas del largo tiempo que se demora para sacar al mercado los animales. (Lea: Talleres gratuitos para implementar tecnologías avanzadas en el agro)

A lo anterior se suma el caso de los registros, donde también se presentan muchas falencias, y “realmente muy frecuentemente no los llevamos para analizar los rendimientos individuales de nuestros animales”.

Llevar controles es la única verdad para el negocio ganadero y para cualquier otro, “no podemos decir que tenemos unos buenos animales si no sabemos cómo se están comportando, no es suficiente la simple observación visual y decir, tan bonitos que están los novillos o veo los animales muy buenos, la verdad solo se da con medición y control, no siempre el más bonito es el mejor”.

Cuestionó García Hernández cuánto se puede perder con manejos de animales ineficientes que consumen lo mismo en cantidad y producen bajos rendimientos, cuando los mismos se pueden identificar en corto tiempo y cambiarlos por mejores animales.

“Mi trabajo lo inicie a finales del año 2004 con unos animales recibidos a un amigo y a los que se les llevó control continuo para saber su resultado y desarrollo hasta la fecha de venta, control llevado con todos los animales hasta el día de hoy. Esto nos muestra que todos los animales son diferentes, pero solo lo podemos saber si hacemos los registros y controles continuos”, señaló. (Lea: Los registros son el fundamento de una administración eficiente)

Insistió que es indispensable hacer controles individuales y continuos de los animales para poder saber cómo van, ya que no es lógico creer que por simple visión y fenotipo, se pueda saber si los animales con mejor presencia sean los mejores o de mayor rendimiento, indicó.

Reiteró que cada animal es diferente y solo una medición permanente de resultados hace la diferencia y con base en ello se pueden tomar decisiones a futuro sobre los manejos más eficientes.