La curación y desinfección de ombligo debe ser una práctica obligatoria en toda producción ganadera de cría ya que los animales en proceso de crianza son más susceptibles a enfermedades y a los rigores del clima, de una manera mucho más grave que un animal adulto.

El ombligo y el cordón umbilical, que tanto sirvió al ternero durante la gestación para recibir los nutrientes y por tano desarrollarse y crecer, es ahora, después del parto, una puerta abierta a diferentes enfermedades infecciosas y parasitarias.

Es por ello que resulta muy importante realizar la curación y desinfección de los ombligos a todos los animales de una manera rutinaria, independientemente del modelo productivo y del fin que tenga cada cría, señaló Ricardo Arenas, médico veterinario especialista, en un nuevo capítulo del Manual Práctico Ganadero elaborado por Fedegán.

Esa desinfección ayudará a reducir los riesgos de presentación de onfalitis que es la inflamación del ombligo y que, frecuentemente, se traduce en problemas más graves como la artritis séptica que acarrea en los terneros inflamaciones desde moderadas hasta severas en diferentes articulaciones.

Estas artritis pueden ser, incluso, purulentas, es decir, con producción de pus al interior de la articulación y se presentan, además de la inflamación, cojeras o postración completa y otras complicaciones en ocasiones mortales. (Lea: Inflamación de ombligos en terneros puede generar 4 enfermedades)

Igualmente, la correcta y oportuna curación del ombligo reduce la probabilidad de ingreso a múltiples infecciones, parasitismo, pulmonares, hepáticos, absesos, etc., que afectan de manera significativa los índices de mortalidad en terneros y, por consiguiente, la rentabilidad del negocio.

Es por eso que los potreros de parición deben estar lo más cerca posible a la casa del encargado y ser visitados al menos dos veces al día, más aun cuando hay vacas o novillas muy próximas, y al detectar un parto realizar de manera inmediata la revisión y desinfección del ombligo.

Aprenda a desinfectar el ombligo

Una vez que la vaca ha limpiado y masajeado al ternero con su lengua, se procede a sujetarlo y mantenerlo acostado, evitando que se golpee al caer y procurando todas las medidas de bienestar animal que sean necesarias.

El sitio donde se realice esta práctica debe estar limpio y seco y ser una superficie que al momento de tumbar al animal, este no sufra ninguna lesión. El pasto no muy largo es una buena elección para realizar esta labor.

Es importante tener conciencia que el animal es un ser indefenso y recién nacido que desconoce por completo su entorno; sujetándolo suave pero firmemente garantizará menor estrés para el ternero durante el proceso. (Lea: Los riesgos de no curar el ombligo en terneros recién nacidos)

En ganadería de cría, y principalmente de tipo carne, es frecuente encontrar madres muy protectoras que pueden tornarse agresivas por proteger a su cría, por eso hay que asegurarse de tomar todas las precauciones para evitar accidentes. En estas labores es fundamental la destreza del vaquero, los caballos o mulas adiestradas son de gran utilidad.

Con la cría de medio lado y debidamente inmovilizada se procede a desinfectarse las manos y a limpiar el área del ombligo con la solución yodada. Hecho esto y, solo si el cordón umbilical es demasiado largo, se cortará parte de este, dejándolo de 5 a 6 centímetros, aproximadamente. De lo contrario, se sumergirá completamente en tintura de yodo lo que además de desinfectarlo estimulará su cierre y cicatrización rápida.

Esta área se debe desinfectar, nuevamente, durante los siguientes días hasta que sane completamente y los vestigios del cordón umbilical se sequen y luego caigan.