Lograr siembras resistentes a la sequía, a las plagas, a la salinidad y que a la vez sean productivas y de un alto nivel nutricional, es el propósito del mejoramiento genético vegetal, una práctica cada día más habitual, pero también muy controversial.
Los cultivos transgénicos son aquellos a los que, mediante la biotecnología moderna se les han transferido segmentos de ADN que le confieren características específicas, como resistencia y tolerancia a plagas, herbicidas o condiciones climáticas adversas. Pero además, entre las bondades más reconocidas de la biotecnología está el incremento de la producción de alimentos y el desarrollo de prácticas agrícolas amigables con el medio ambiente.
Según un reciente estudio del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, INTA, en Argentina, la genética aplicada a los cultivos permite incrementar la productividad hasta en un 50% con una agricultura sustentable y modificar los alimentos para que sean más saludables.
Esta posición contrasta abiertamente con la opinión de voces expertas en la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán. Para César García, subgerente de Ciencia y Tecnología de la entidad, la tendencia actual del consumidor colombiano y de los países del trópico es elegir productos orgánicos para llevar a la mesa.
“A la fecha no se ha podido demostrar cuál es el impacto real que genera en la salud humana el uso de hormonas sintéticas dentro del proceso productivo alimentario. Por eso, desde Fedegán le apostamos a la producción de alimentos inocuos y saludables a través del desarrollo de pasturas y forrajes de alta calidad”, señala García. (Reportaje: El agro colombiano también transitará por la autopista del 4G)
Y mientras la polémica persiste, el aumento de los cultivos transgénicos fue 5 veces mayor en los países en desarrollo, al 11% -8,7 millones de hectáreas-, frente al 3% -1,6 millones de hectáreas- en los países industrializados. Todo, bajo el argumento de que es la mejor manera de alimentar la creciente densidad poblacional que para 2050 superará los 9.200 millones de habitantes. ¿Tendrán razón los defensores o los detractores?
Nueva vacuna vegetal hace más resistentes a los cultivos
Este desarrollo, creado con biotecnología de punta por investigadores de la Universidad Nacional de Tucumán, UNT en Argentina, tiene el propósito de estimular los anticuerpos en las plantas. Por esto, la UNT, el Conicet y la Estación Experimental Obispo Colombres firmaron un convenio para desarrollar un bioproducto que refuerza los anticuerpos de las plantaciones y es amigable con el medio ambiente.
Con respecto a los alcances y perspectivas del trabajo presentado, Atilio Castagnaro, coordinador del equipo de investigación y profesor de la UNT, le dijo al portal de noticias Ganadería México: “el producto actúa como una vacuna vegetal, fue creado a partir de una proteína aislada de un hongo patógenode plantas que sirve para proteger los cultivos de las plagas y al mismo tiempo no genera daños en los cultivos ni en el ambiente”. (Lea: Desarrollan nueva vacuna vegetal que aumenta la resistencia en los cultivos)
De acuerdo con los investigadores, las pruebas se realizaron aplicando la proteína (o principio activo) extraída del hongo en cultivos como la frutilla y de ese modo, se desencadenó una respuesta de defensa en la planta que conduce a que la misma no se enferme o lo haga de una manera que no afecte la calidad y el rendimiento del cultivo.
Cultivar en los desiertos, una opción real
Un proyecto desarrollado con recursos económicos y capital humano proveniente de Noruega y Qatar busca aprovechar el agua de mar y las altas temperaturas de la nación asiática para establecer cultivos y obtener agua potable a la vez en ambientes claramente adversos.
La iniciativa, de nombreSahara Forest,empezó en engranarse en noviembre de 2012 y en una hectárea de tierra con idénticas condiciones a las que se encuentran en el desierto de Qatar. Desde ese momento hasta hoy, se produjeron cosechas de cebada, pepinos y arúgula, gracias a una mezcla de componentes que hasta ahora no se caracterizaban por aportar nutrientes a la agricultura: agua de mar y abundante suministro de calor. (Lea: Cultivar en los desiertos, una alternativa cada vez más viable)
Neil Crumpton, presidente y director general de Planet Hydrogen (ONG que fomenta el uso de energías verdes), señala que el proyecto tiene todo el potencial para cambiar las cosas. "Los problemas más importantes en la actualidad son el cambio climático y los recursos hídricos en todo el mundo; estas sencillas tecnologías pueden abarcar ambos", dice. "No puedo evitar pensar que esto es visión y no un espejismo".
Colombia, ocho años con los transgénicos
En nuestro país hace 8 años se usan los transgénicos en cultivos de maíz y algodón para evitar que contraigan plagas que dañan las cosechas. El clima tropical del país constituye una amenaza por la humedad y los cambios extremos de temperatura que atraen hongos a las plantaciones. De ahí que esos dos productos experimenten modificaciones genéticas.
Así lo dio a conocer, Henry Vanegas Angarita, presidente de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas, Fenalce, quien explicó que el interés primordial de los transgénicos es conseguir rendimiento de los productos durante los 2 semestres del año. (Lea: Colombia ocupa tercer lugar en América latina en producción de transgénicos)
En cuanto al sabor y tamaño de los alimentos modificados genéticamente, el directivo de Fenalce indicó que los cambios son pocos, pero lo que si ha desestabilizado al productor es el costo que debe asumir de la semilla transgénica, la cual sobrepasa el valor de una tradicional.