Un manejo clave en la suplementación del ganado bovino es el suministro de sales minerales, que son esenciales para diversas funciones metabólicas y para mantener el equilibrio de nutrientes en el organismo. (Lea en CONtexto ganadero: Conozca las 6 propiedades de la melaza para la nutrición de bovinos)

La melaza, por otro lado, es una fuente de energía utilizada frecuentemente como suplemento alimenticio. Aunque puede parecer una buena idea mezclar ambos productos para facilitar su administración, en realidad esta práctica tiene inconvenientes que pueden afectar la salud del ganado y reducir la efectividad de los minerales.

Allan Napoles, ingeniero agrónomo y zootecnista, explica que “a pesar que las sales minerales muchas veces vienen protegidas de la cantidad de nitrógeno que tienen, jamás se debe revolver con melaza”.

Los bovinos obtienen muchos de estos minerales a través del forraje, pero en muchos casos los suelos donde crece la pastura pueden estar deficientes en ciertos elementos. Por esto, los suplementos minerales en forma de bloques o sales sueltas son comunes en las ganaderías para asegurar el suministro adecuado.

La melaza aporta carbohidratos de rápida digestión que pueden aumentar el aporte calórico en situaciones de déficit energético, como durante la temporada seca o en sistemas de producción intensiva. Además, la maleza mejora la palatabilidad de los alimentos, lo que puede estimular el consumo de forraje y otros suplementos.

De acuerdo con Napoles, “el mineral se le brinda a libre acceso a los bovinos para que estos lo consuman, pero si se agrega la melaza que lo hace muy palatable, los animales lo van a lamer muchas veces, lo cual genera que consuman una mayor cantidad de minerales de la que requieren para sus actividades diarias”.

El sabor dulce de la melaza pueden aumentar el consumo voluntario de los minerales, lo que puede llevar a un exceso en la ingesta de ciertos elementos, como el sodio o el fósforo. Este consumo desmedido podría ocasionar desbalances metabólicos, afectando la salud del bovino.

Además, algunas sales pueden desarrollar aversión a la mezcla debido a una sobrecarga de minerales, lo que reduce la ingesta total y deja al animal en un estado de deficiencia.

El profesional añade que este excesivo consumo de esta mezcla puede generar una intoxicación en los bovinos. “Los minerales son fundamentales, pero no porque el animal consuma más, van a engordar más rápido y mejor los animales. Así no funciona este tipo de herramientas”.

El consumo excesivo de melaza puede llevar a una sobrecarga de azúcares en el rumen, afectando la fermentación y provocando problemas digestivos como la acidosis ruminal. (Lea en CONtexto ganadero: Sales mineralizadas, claves en la reproducción bovina)

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