La genética permite entender y manipular los rasgos hereditarios de los animales con el objetivo de obtener individuos más productivos, resistentes y adaptables. Uno de los principales objetivos de la selección genética en ganadería es aumentar la productividad de los animales.

Al seleccionar cuidadosamente a los reproductores con base en sus características genéticas deseables, los ganaderos pueden influir en la composición genética de las poblaciones ganaderas, favoreciendo la transmisión de genes que contribuyen a un mejor rendimiento en términos de producción de carne, leche y otros productos derivados.

Según le dice Carlos Aulestia Botero, gerente general de la central genética Orygen, a este medio, “el avance no es a corto plazo o de manera inmediata, sino que se desarrolla a mediano y a largo plazo”. Este proceso implica un ciclo que pueda abarcar varios años desde el momento en que se realiza el mejoramiento genético hasta que se observan los resultados tangibles en la producción.

Para el profesional, cuando se lleva a cabo el mejoramiento de un toro en la ganadería en el 2024 y el impacto no se manifiesta de inmediato en la descendencia.

“Si preñan las vacas con semen del toro mejorado en el año 2024, los terneros resultantes no nacerán hasta el 2025”. Sin embargo, esos terneros no serán genéticamente viables para el proceso de reproducción hasta principios del año 2028. (Lea en CONtexto ganadero: Conozca interesantes avances de genómica bovina en Colombia que le podrán generar dinero)

Este retraso en la manifestación de los efectos del mejoramiento genético se debe al tiempo que llevar que los animales alcancen la madurez sexual y comiencen a reproducirse. Es solo cuando las vacas preñadas en 2024 paren en 2025 y sus descendientes lleguen a la edad reproductiva en 2028 que se podrá observar el impacto del trabajo realizado en el mejoramiento genético.

“Estos animales van a parir en 2029, entonces la primera señal del trabajo que se comienza a hacer con mejoramiento genético, el productor lo va a poder ver en aproximadamente cinco años, es decir, lo va a tener materializado en ese tiempo”, describe Aulestia Botero.

A pesar que los resultados del mejoramiento genético en la ganadería pueden tardar varios años en manifestarse, los beneficios a largo plazo son significativos. Al centrarse en la selección de reproductores con características genéticas deseables, los ganaderos pueden mejorar la productividad, la resistencia y la adaptabilidad de sus animales a lo largo del tiempo. (Lea en CONtexto ganadero: Aspectos a considerar para realizar mejoramiento genético en su hato)

De acuerdo con Aulestia Botero, hay que tener claro que “estas preñeces que nacen en 2025 apenas serán viables genéticamente para preñarse a principios de 2028 y tendrán sus hijos en 2029. Por lo que, si se quiere ver lo que produjo las hijas de ese toro con el que se inició el mejoramiento genético, se tiene esperar tres años más a que sean viables reproductivamente, adicional al año en que paren, por lo que estamos hablando de 10 años”.

Estos avances no solo tienen un impacto positivo en la rentabilidad de las operaciones ganaderas, sino que contribuyen a la sostenibilidad y la competitividad del sector.

Aulestia Botero concluye que “la decisión que se tome hoy en la finca sobre genética, seguramente va a marcar los próximos 10 años en la ganadería”.