Los efectos negativos que produce el estrés térmico en vacas lecheras pueden persistir hasta 2 meses después de que disminuye la temperatura del ambiente. Aquí le explicamos a qué se debe esto y cómo podría mitigar el impacto de este estrés en sus animales.
De acuerdo con Charles E. Gardner, médico veterinario del Centro para la Excelencia Lechera de Estados Unidos, los efectos negativos del estrés por calor persisten durante al menos dos meses después de que bajan las temperaturas, según explicó para Lancaster Farming.
“Puedo recordar que a muchos de mis clientes les preocupaba que la producción y la reproducción estuvieran por debajo de las expectativas hasta bien entrados noviembre y diciembre”, aseguró, teniendo en cuenta que estos meses son el final del otoño y el principio del invierno.
Hay razones para el desfase entre la llegada de un clima más fresco y la mejora en el rendimiento de las vacas. Las vacas con lactancia tardía en verano no reportan mayor rendimiento a pesar de las bajas temperaturas. (Lea: El efecto del estrés calórico en el ganado para producir carne)
Además, las vacas que se alimentan durante el estrés por calor a menudo tienen un mal comienzo. Si tanto las vacas de lactancia temprana como las de lactancia tardía no están ordeñando bien, es lógico pensar que la producción total de leche será pobre en el mejor de los casos.
No habrá picos altos ni una producción sólida y sostenida hasta que las vacas que pasaron por su período seco tardío en un clima más fresco comiencen a formar una porción más grande del rebaño. (Lea: ¿Las vacas tienen sudor? Conozca las causas de la sudoración)
Otra razón para una baja producción después de las altas temperaturas es la disponibilidad de alimento de calidad para compensar la ausencia de forraje en los potreros. Por ejemplo, si se ofrece un silo de maíz sin la suficiente fermentación, el ganado no tendrá buen rendimiento.
Otro factor más es la disminución de la duración del día. Una mayor cantidad de luz en el día tiene un efecto positivo en la producción de leche. Así como este factor, la reproducción también se puede ver afectada, pero la recuperación puede tomar mucho más tiempo.
Las vacas que dan a luz a sus terneros bajo estrés por calor simplemente no son tan fértiles como las vacas que lo hacen en condiciones más frescas. Entonces, cuando llega el momento de criar esas vacas, se observan resultados por debajo del promedio.
Incluso después de que regrese la fertilidad, pueden pasar aproximadamente 30 días adicionales para ver una mejoría cuando se hagan controles de preñeces. El mensaje del experto es incluir las vacas secas y de cerca con sus esfuerzos para aliviar el calor.
El autor recordó el ejemplo de un productor que vio mayores rendimientos en vacas recién paridas después de remodelar las instalaciones, tras abrir las paredes e instalar ventiladores. (Lea: Tenga en cuenta estas recomendaciones para disminuir el impacto del estrés calórico)
Asimismo, aconsejó no achacar todo a la nutrición cuando la productividad y la reproducción no den buenos resultados en época de abundancia. Y culminó con un dicho sobre la ganadería en países de estaciones: las vacas se desempeñan bien en invierno y primavera, pero tienen dificultades en verano y otoño.