Existen varios factores que contribuyen a la infertilidad, siendo el anestro uno de sus principales componentes por la depresión de la actividad ovárica. Dependiendo de la causa, hay diferentes categorías en las que se clasifica esta depresión que puede ser temporal o permanente.

Según Holmes y Wilson, la lactancia y la nutrición son dos de las causas más importantes y determinantes en la duración del anestro. A continuación, describiremos qué otros factores pueden incidir, lo que conduce a la aparición de anestros de diferentes tipos.

Anestro fisiológico

Este puede ocurrir como consecuencia de ciertas condiciones fisiológicas, como la pre-pubertad de la vaca, gestación, el posparto (involución uterina y ciclo estral corto) y el envejecimiento. (Lea: Algunas herramientas para combatir el anestro en la vacas de carne)

La experta Jorgelina Manes, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), reveló que los anestros de tipo fisiológico son los que más repercuten en los sistemas de cría y existen tres categorías: prepuberal (antes de la pubertad), gestacional y posparto.

Anestro prepuberal: Manes continuó explicando que la entrada a la pubertad está influenciada por diferentes factores, como la raza del animal, la genética, la ganancia de peso y la condición corporal. (Lea: Lo que usted debe saber sobre el anestro lactacional)

Durante esta etapa, la secreción de GNRH (hormona liberadora de gonadotropina) está restringida y existe una baja concentración de estrógenos, lo que no permite la actividad del eje hipotálamo-hipófisis para poner en marcha el proceso de la pubertad de la vaca.

Anestro gestacional: Durante la gestación aparece un mecanismo hormonal nuevo en la vida de la hembra gestante, donde hay secreciones hormonales de progesterona que inhibiendo las secreciones de gonadotropinas para que no haya ovulaciones.

Anestro posparto: Después del parto de la vaca, el estímulo del amamantamiento de la cría induce un periodo sin ciclos estrales, cuya finalidad es permitir que la madre se recupere de los efectos de la preñez y que asegure la supervivencia de su cría.

Los principales factores que causan este tipo de anestro son la involución uterina y los ciclos estrales cortos (el cuerpo lúteo formado en este ciclo es más pequeño y sensible). (Lea: 3 consejos en nutrición para aumentar rentabilidad en fincas lecheras)

También está el anestro por envejecimiento o menopáusico, que se refiere a un cierto reposo ovárico que se establece a medida que la hembra envejece y que puede atribuirse a una alteración funcional progresiva de las diferentes glándulas endocrinas.

Anestro patológico

Uno de estos es el anestro lactacional, que ocurre cuando el amamantamiento estimula nervios sensoriales en la glándula mamaria. Según García y otros, la lactación inhibe la actividad funcional del ovario debido a que la succión estimula la síntesis de prolactina.

También puede haber patología con presencia de cuerpo lúteo (CL), que puede ser persistente y quístico. Otras patologías pueden ser el comportamiento anormal del estro (ninfomanía), el celo silente, el celo sin ovulación, la anovulación y ovarios estáticos.