Trabajar con probióticos es una excelente alternativa que se tienen en las ganaderías debido a que son microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, son beneficiosos para la salud del huésped. Conozca las oportunidades que tienen para los terneros.

Fernando Rodríguez, investigador PhD de Agrosavia, asegura que para cada animal y sistema de producción hay un escenario distinto con el uso de los probióticos. En el caso de los terneros, existen muchos factores que se convierten en oportunidades con la aplicación de estos probióticos. (Lea:¿Qué debe buscar en los probióticos para que sean exitosos en los bovinos?)

Para el experto, estos animales son “monograsticos y todavía no son rumiantes, por ende tenemos más oportunidades de modular e influenciar porque el ternero no tiene el sistema multicompartamental de estómagos”.

Esto quiere decir que las cámaras fermentativas de los bovinos adultos no los tienen los terneros sino hasta su completo desarrollo que va a generar que llegue a los epitelios de absorción tanto en el rumen, retículo como el omaso.

“Pero le va a tomar tiempo llegar a este final porque por ejemplo la papila que recubre al rumen que es toda una superficie de absorción de nutrientes y de las cuales hay miles, necesita de mucho desarrollo por eso es que le va a tomar mucho tiempo y se podría decir que es un mes de vida a ese joven ternero”. (Lea: El uso de probióticos mejora la producción animal, dice estudio)

Este tiempo que necesita el organismo del animal para el proceso de desarrollo está asociado a la forma como se maneje que puede ir ligado a la alimentación.

Los modos de acción de estos probioticos varían como con desactivación de toxinas, la promoción de la barrera gastrointestinal, la permeabilidad del epitelio intestinal, actividades enzimáticas que inducen a la digestión y absorción de nutrientes, entre otras.

De acuerdo con Rodríguez, “ese desarrollo del epitelio va a depender de lo que le damos al joven ternero. Si le brindamos solo leche o leche y concentrado o leche y heno”. El mismo experto añade que todas estas acciones van a alcanzar en el ternero un ecosistema microbiano ruminal maduro y completo.

Este ecosistema es “aquel que va a tener unos hongos capaces de ayudar al ternero a romper la pared celular de esos forrajes. Esto quiere decir de hacer ese trabajo físico y químico y dejar los huecos abiertos que lleguen millones de bacterias que estarán en la pared celular pero también para que abunden los protozoarios del rumen”, agrega Rodríguez.

Con estos probióticos se ha registrado mejores ganancias de peso en los terneros, y para las vacas lecheras, los beneficios están enfocados en la contribución de la ingesta de materia seca y de la producción de leche.

En Colombia existe un probiótico para terneras que “el país lo desarrolló, formuló, ejecutó y lo empezó a trabajarlo en una dosificación en donde el animal nacía y era dosificado diez veces, por decirlo así y luego se hace un refuerzo cinco días después de la última dosis para que finalmente a los quince días que siguen se le haga un último refuerzo”. (Lea: ¿Cuándo utilizar los prebióticos, probióticos y simbióticos?)

En este caso, este es un probiótico que se creó con origen animal, por lo que era de rumen para rumen, que se estableció y fue exitoso en los terneros, teniendo en cuenta las dosis de refuerzos que se recomienda aplicar.