Aprenda cómo define la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) los conceptos involucrados en la gestión de los recursos zoogenéticos para comprender mejor qué se entiende por raza y por biotipo.
La FAO define los recursos zoogenéticos como aquellas especies animales que se utilizan para la producción de alimentos y la agricultura, así como las poblaciones que contiene cada una. A las poblaciones diferenciadas dentro de una misma especie se les denomina razas.
La definición amplia de raza es “un grupo subespecífico de ganado doméstico con características externas definibles e identificables que permiten separarlo por inspección visual de otros grupos definidos de manera semejante dentro de la misma especie”.
O también se trata de “un grupo cuya separación geográfica y/o cultural de grupos fenotípicamente similares ha llevado a aceptar su identidad separada”. (Lea: Colombia se alista para la Encuesta Nacional de Recursos Zoo Genéticos)
En los países desarrollados, las razas están definidas de forma relativamente clara gracias a las asociaciones de mejora ganadera, que supervisan los estándares de cría, proporcionan un registro de animales y promueven la utilización de la raza.
A finales del siglo XVIII surgió en Europa occidental la práctica sistemática de mejora de las razas mediante un registro de la cría y pedigríes compartidos, y las primeras organizaciones de mejoramiento se fundaron en Inglaterra durante el siglo XIX.
Bajo los auspicios de dichas organizaciones, se ha llegado a distinguir una raza como una población que comparte ancestros comunes, que se ha sometido a objetivos de selección similares, y que se ajusta a determinados «estándares de cría» bien establecidos.
Por lo general, las razas no están completamente aisladas en términos genéticos. Deben cambiar constantemente en respuesta a las exigencias del mercado, y en ocasiones se las llega a suplementar con material genético de otras razas.
Si bien existen asociaciones dedicadas exclusivamente a razas específicas, los preceptos a seguir cuando se establecen criterios para definir una raza siguen siendo vagos. (Lea: ¿Cómo elegir el biotipo adecuado de ganado para el mejoramiento genético?)
En países en desarrollo, la situación es aún más compleja, y el término «raza» tiene poco significado. Las poblaciones que se aíslan del resto por razones geográficas, ecológicas o culturales se diferencian debido a la selección natural y artificial, así como por la deriva genética.
Ahora bien, los nombres usados para distinguir poblaciones de ganado no necesariamente se corresponden con la diversidad genética subyacente. En muchos casos, los animales no hacen parte de ninguna raza reconocida, pero sí hay términos locales para referirse a ellos.
Cuando resulta difícil distinguir poblaciones genéticamente diversas, los estudios moleculares pueden contribuir a definir razas o grupos de razas. De igual modo, el estudio de los aspectos culturales y ecológicos de la práctica ganadera puede ayudar a tratarlas como razas separadas.
Así pues, los animales de una misma raza cumplirían los criterios de i) estar sometidos a un patrón común de uso, ii) compartir un hábitat/área de distribución comunes, iii) representar en gran medida un acervo génico cerrado, y iv) ser considerados diferentes por sus criadores.
Así pues, en ausencia de registros de las asociaciones de criadores o de estudios moleculares, las opiniones de los propios ganaderos proporcionan el mejor indicador de la identidad de raza. (Lea: Las razas criollas, alternativa eficiente ante el cambio climático)
Dentro de una raza puede haber «estirpes», «cepas», «variedades» o «líneas»; dichos términos, que a menudo se usan de modo intercambiable, describen poblaciones dentro de razas que son fenotípicamente distintas a consecuencia de la selección humana.
En tercer lugar, según las definiciones de la FAO, el término «ecotipo» se refiere a una población dentro de una raza que está genéticamente adaptada a un hábitat específico. (Lea: Así avanza la plataforma Genómica de Asocebú, Corpoica y Genes Diffusion)
El ingeniero agrónomo Álvaro Aristizábal precisó que ante el aislamiento, un grupo de animales se reprodujo en esos medios de forma natural, de manera que proliferaron los más eficientes, llegando así a homogenizar bastante las características de cada población.
Finalmente, el concepto «biotipo» hace referencia a la forma típica que posee un animal o una planta, de manera que es considerado como el modelo de la especie, raza o variedad. Como indicó Aristizábal, la selección de ecotipos conduce al biotipo adecuado para el medio.
“La naturaleza hace el ecotipo con una población más o menos homogénea, pero el ser humano con su inteligencia descarta los inferiores, homogenizando aún más, y obtiene el biotipo más adaptado, que es aquel que nace, crece, se reproduce y muere perfectamente”, remató.