En una investigación realizada en la Universidad de Chile, se expone que este parásito tiene un ciclo de vida que incluye al perro como hospedero definitivo, pues en las heces de estos animales se han encontrado los oosquistes. (Lea en CONtexto ganadero: Conozca la prueba ideal para la neospora)

En los bovinos, “el único signo clínico de neosporosis observado en la vaca adulta de cualquier edad es el aborto, ya sea esporádico, endémico o epidémico, llegando a presentarse desde los tres meses de gestación hasta su término”, expone la investigación de la Universidad de Chile, que también asegura que la mayoría ocurre alrededor de los cinco a seis meses de gestación.

En cuanto al feto, este puede morir en el útero, ser reabsorbido, momificado, autorizado, nacer muerto, nacer vivo y morir inmediatamente, o nacer clínicamente normal, pero crónicamente infectado.

Ciclo de vida del parásito

El perro puede ser hospedero intermediario, al igual que una serie de otras especies animales, entre las que se mencionan bovinos, equinos, ovinos, caprinos y especies animales silvestres. Los investigadores dicen que “en todos estos, la infección natural ocurre por el consumo de ooquistes esporulados presentes en los alimentos y aguas contaminadas, generando en el hospedero intermediario las otras dos formas del parásito, de ubicación intracelular, taquizoitos y quistes tisulares”.

En cuanto a su distribución en tejidos, existe una predilección del protozoo por tejido del sistema nervioso central, incluida la retina. La infección en el perro, por tanto, ocurre por el consumo de bradizoitos y taquizoitos, contenidos en los tejidos de las especies animales hospederas intermediarias.

Ya a los 5 días comienza a eliminar ooquistes sin esporular y una vez en el medio externo, al cabo de 24 horas, esporulan cuando las condiciones son óptimas.

La investigación expone que, para completar el ciclo, estos ooquistes que contaminan las aguas y los alimentos, deben ser consumidor por sus hospederos intermediarios.

La bacteria n. caninum puede ser transmitida por la madre al feto por medio de la placenta, también de forma congénita o vertical en bovinos, ovinos, caprinos y otros animales. (Lea en CONtexto ganadero: Prevenga la Neosporosis Bovina)

El mecanismo de transmisión congénita, ya sea primaria o una infección congénita repetida, es aún desconocido para muchos investigadores.

Investigadores de la Universidad Nacional de La Plata en Argentina, mencionan que, en una hembra bovina, luego de una infección oral o por reactivación de quistes tisulares en estado de latencia adquiridos congénitamente, el parásito alcanza la vía sanguínea y es capaz de atravesar la placenta accediendo al feto.

Luego de invalidar el feto puede ocasionarse el aborto o la transmisión vertical con nacimiento de un ternero clínicamente normal,pero congénitamente infectado.