En un documento realizado durante el IV Congreso Internacional de Ciencias Agrarias y Ambientales, Héctor José Anzola Vásquez y Angie Daniela Parra Sánchez se explica que, debido a los cambios climáticos y a los elevados precios de los insumos agropecuarios, se deben tener en cuenta algunas consideraciones en la alta producción lechera bovina.
Para los investigadores, la economía, rentabilidad, agroecología y humanismo deben ser aspectos determinantes para responder la pregunta ¿son adecuadas las actuales formas de alimentar a las vacas lecheras de alta producción?
Estos aspectos deben responder preguntas enfocadas en ¿cómo debe ser la alimentación de los rumiantes? que, basado en recomendaciones de expertos, debe ir ligada a una combinación de gramíneas, leguminosas, material forrajero de árboles y arbustos, además de henos, silos y henolajes.
Otra de las preguntas que hacen los expertos es ¿cuáles son las fortalezas de las vacas lecheras de alta producción? A lo que ellos mismos responden que “al ser rumiantes, rumian y realizan simbiosis con los microorganismos animales, lo que les permite consumir suplementos con nitrógeno no proteico y forrajes con altos niveles de fibra. La asociación les permite realizar la fermentación de los carbohidratos de la pared celular de las plantas, producir proteína de origen microbiano y vitaminas del complejo B”. (Lea en CONtexto ganadero: Vacas lecheras resistentes al cambio climático serían posibles, dice estudio)
Por eso los profesionales mencionan que la dieta más económica para pasar de pasto a leche es la ración compuesta por agua, gramíneas, leguminosas, sal mineralizada y mucha exposición a los rayos del sol.
“Esto conlleva a tener presente cuáles son los aportes de nutrientes para las vacas lecheras, que deben partir de los forrajes y los alimentos balanceados como el agua, las proteínas, los carbohidratos, los lípidos, las vitaminas y los minerales y, lo más importante, altos niveles de fibra efectiva”, detallan los expertos.
Además, hay que tener en cuenta que la nutrición de la vaca de alta producción lechera debe incluir dos componentes clave: la nutrición de la vaca en sí misma y la nutrición de los microorganismos ruminales.
Esta es la razón por la que el ganadero debe definir qué es lo que desea para su hato, sí tener unos niveles elevados de producción láctea o excelentes parámetros reproductivos. Por ende, para su definición debe tener en cuenta factores que van desde la alimentación hasta la producción lechera.
En palabras de Anzola Vásquez y Parra Sánchez, “estos son la calidad de los nutrientes y de los ingredientes, el consumo de la materia seca, la digestibilidad de la dieta y, desde luego, los aportes energéticos para cubrir los requerimientos de mantenimiento y producción de leche”.
Lo anterior conlleva a que para que el ganadero responda la pregunta inicial de ¿son adecuadas las actuales formas de alimentar a las vacas lecheras de alta producción? Hay que tener en cuenta los siguientes puntos:
- ¿Cómo realizar la crianza de terneras cuando empiezan a comer alimento balanceado?
- ¿Si se deben mitigar las normas de bienestar para las novillas primerizas cuando aún están en proceso de crecimiento, reproducción, lactancia y empezando una nueva gestación?
- ¿Qué es lo mejor para su hato lechero y cómo efectuar el ordeño mecánico?
Es por esto que los investigadores concluyen que “un buen programa de alimentación para las vacas lecheras debe ir acorde con el cumplimiento de las normas de bienestar animal para todos los animales que están en este proceso productivo”. (Lea en CONtexto ganadero: Así es la vaca lechera ideal para la ganadería colombiana)