El control de malezas de las pasturas es un factor determinante en el éxito del establecimiento del cultivo y de la alimentación de los animales.
Las malezas son aquellas plantas de las que no se obtiene ningún beneficio ya que no aportan sombra, no son consumidas por los animales y tampoco son aprovechables como madera, o interfieren en el desarrollo de los forrajes esperados.
Las malezas invasoras de las pasturas representan una preocupación importante a la hora del establecimiento de las pasturas y cultivos debido a que compiten con la siembra generando una reducción en el rendimiento esperado, en la productividad del ganado y la biodiversidad natural.
Además, puede afectar negativamente la salud del ganado o incluso del ser humano al consumir carne o leche producida de animales que hayan consumido malezas tóxicas, según indicó Ricardo Arenas, médico veterinario especialista, en un capítulo del Manual Práctico Ganadero elaborado por la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán),.
Igualmente es importante tener en cuenta que muchas de estas malezas actúan como hospedantes de plagas nocivas para el cultivo. Su presencia reduce la capacidad de carga, el valor nutritivo de la base forrajera e incrementan el costo de los insumos necesarios para la producción de la pradera. (Lea: ¿Es posible controlar las malezas sin usar químicos? Conozca cómo hacerlo)
La presencia de malezas se favorece por un mal manejo de las pasturas o por condiciones climáticas incontrolables como las inundaciones y las sequías ya que generalmente son más resistentes que las pasturas.
Si se permite a la maleza generar semillas el ciclo siguiente a la sequía puede resultar en un gran crecimiento de maleza para lo cual, generalmente, se requiere el uso de herbicidas químicos.
En el nuevo modelo de ganadería sostenible se ha observado que existe una gran variedad de especies que son consumidas por los animales, muchas de ellas leguminosas nativas que pueden mejorar la calidad de la base forrajera y antes que competir con el pasto sembrado pueden convivir armónicamente.
Por eso, dijo, antes de proceder a realizar cualquier tipo de control es importante identificar adecuadamente las arvenses y conservarlas en los potreros.
Se debe aprender a distinguir las leguminosas, tanto nativas como introducidas con el fin de no destruirlas con la aplicación de matamalezas y otros métodos de control. Si hay presencia de leguminosas, el herbicida se debe aplicar a las malezas en forma focalizada usando una bomba de espalda.
El método más práctico dl control de las malezas es una presión de pastoreo equilibrada que incluye una cantidad suficiente de animales en el potrero con tiempos reducidos de permanencia, evitando degradar la pastura. (Lea: Conozca las variedades de métodos para controlar malezas en los potreros)
Así mismo, con un buen nivel de fertilidad que se mantenga en el suelo se fomenta el crecimiento de los forrajes deseables para que puedan competir con las malezas.
Los métodos de control de malezas pueden ser culturales, mecánicos o químicos. Es fundamental la identificación adecuada de la planta para un manejo efectivo. El sistema integrado de control de malezas combina el uso de prácticas culturales de fertilización con prácticas de manejo como el pastoreo racional, el control mecánico con procesos de corte y la fumigación para control químico. El uso de un solo tipo de control es con frecuencia insuficiente.
Entre los métodos culturales está la preparación del suelo buscando seleccionar métodos que preserven la fertilidad del suelo y tener en cuenta factores asociados como las posibilidades de erosión. Se debe buscar remover el suelo lo menos posible de manera que no se afecte su estructura. Esto con una adecuada rotación de cultivos y el uso de coberturas vivas puede funcionar como protección para el suelo.
En cuanto a la rotación de cultivos sirve para reducir o prevenir la infestación de malezas.
Otro método como es la cobertura viva son capas de material vegetal que suelen inhibir buena parte de las malezas. Hacerlo con leguminosas garantiza la presencia de un cultivo adicional que protege el suelo y a la vez provee nitrógeno manteniendo niveles de fertilidad en favor de la pastura deseada.
El otro tipo de control es el químico, con herbicidas que es el más usado pero se debe tener en cuenta que su costo y eficiencia son mejores siempre que se combinen con un adecuado manejo de la pastura. Del buen uso que se le dé a los herbicidas depende su eficacia y que no se contaminen las aguas y el medio ambiente. (Lea: Controlar el crecimiento de las malezas puede salvar a sus bovinos)
Existen herbicidas selectivos que actúan sólo sobre determinadas especies pero también están los no selectivos que matan cualquier tipo de vegetación y pueden ser sistémicos al ser absorbidos por la planta para producir su muerte o de contacto cuando actúan directamente sobre el follaje quemándolo.
Es importante tener en cuenta que las malezas son más resistentes a la acción del herbicida durante el tiempo seco por lo que la aplicación debe hacerse cuando el suelo esté húmedo pero no encharcado porque se disminuiría su efectividad.