Según la investigación “El papel de la vitamina D en la prevención de infección y muerte por la enfermedad coronavirus 2019” realizada en el Reino Unido, en los países europeos donde sus habitantes tienen significativos niveles de vitamina D, hay menos casos de muerte o contagio por coronavirus.
Una reciente investigación realizada en el Reino Unido reveló que hay una significativa relación entre los niveles de vitamina D y el número de casos y muertes causados por la COVID-19. Es más, indica que el grupo más vulnerable de población, los adultos mayores, es el que más tiene deficiencia en los niveles de esta vitamina.
El estudio intitulado “El papel de la vitamina D en la prevención de infección y muerte por la enfermedad coronavirus 2019”, está fundamentado en cifras de varios países europeos en donde se han presentado contagios y muertes por COVID-19.
Los investigadores encontraron una habitual relación entre los niveles de vitamina D y el número de casos de coronavirus, especialmente los decesos causados por esta infección. Según los gráficos resultantes, en los países donde sus habitantes tienen significativos niveles de vitamina D, hay menos casos; y la misma relación se da con los fallecimientos.
“El grupo más vulnerable de población para COVID-19, la población envejecida, es también una de las que presenta mayor déficit del nivel de vitamina D”, precisa la versión final publicada el pasado 6 de mayo. Y añade que “ya se ha demostrado que la vitamina D protege contra las infecciones respiratorias y ha demostrado que es segura”.
Quienes lideraron este estudio fueron Petre Cristian IIie, de The Queen Elizabeth Hospital Foundation Trust, King’s Lynn; Simina Stefanescu, de University of East Anglia; y Lee Smith, Anglia Ruskin University, quienes, al ser auscultados, no se les encontró ningún conflicto de intereses con el tema desarrollado.
Alimentos con vitamina D
La pregunta que surge es, ¿cuáles son los alimentos que tienen vitamina D y pueden proteger a la población de la COVID-19? La principal fuente de esta vitamina es el Sol, pero también se puede encontrar en el aceite de hígado de bacalao, salmón, atún, sardinas, mariscos, hígado de res y lácteos (leche entera, yogures, queso y mantequilla).
El hígado de res es uno de los considerados súper alimentos. No sólo es la parte del vacuno que más contiene hierro, sino que es fuente de vitaminas A, B, C y D; además de calcio, fósforo, magnesio, potasio, zinc y cobre.
Según el presidente de la Sociedad Española de Nutrición, Luis Moreno, -citado por la bloguera Mónica Fernández en el artículo “El hígado, un superalimento olvidado”- “las carencias más habituales en nuestra sociedad son el calcio, el hierro, el potasio, la vitamina A, la vitamina D y el ácido fólico”.
“No tengo nada en contra de los vegetales. Muy al contrario, son imprescindibles en una dieta saludable por su aporte de flavonoides y polifenoles, que no se encuentran en cantidad suficiente en los alimentos de origen animal. Pero cuando hablamos de vitaminas y minerales, el hígado es una fuente de nutrientes muchísimo más concentrada”, sostiene Mónica Fernández.
Lácteos, ricos en vitaminas y minerales
Por otra parte, debido a su altísimo valor en vitaminas, minerales y nutrientes que aportan energía, el consumo de leche y lácteos resulta una gran alternativa para prevenir una buena cantidad de enfermedades. (Lea: En China impulsan consumo de lácteos para fortalecer sistema inmune)
De acuerdo con la nutricionista y dietista Bertha Forero, uno de los ejemplos más comunes de las bondades de la leche reside en la prevención de la osteoporosis, que es una enfermedad en la que se produce una disminución de la densidad de la masa ósea, por lo que los huesos se pueden romper con mayor facilidad.
La leche, y los lácteos en general, ofrecen una de las principales fuentes de calcio presentes en un alimento masivo y de fácil acceso, además de incluir vitamina D, la cual facilita la correcta absorción de este mineral. El calcio permite el fortalecimiento de los huesos, por lo que un consumo diario de 1200 mg de calcio es útil para prevenir la osteoporosis, y la leche es la fuente más sencilla, económica y deliciosa para consumir esta cantidad recomendada de este mineral. (Lea: La lactoferricina, proteína del calostro de la vaca, podría curar el cáncer)
Lejos de causar problemas de salud, la leche los puede prevenir
La nutricionista y dietista Bertha Forero, sostiene que la osteoporosis no es la única enfermedad que la leche puede ayudar a prevenir. Este alimento también útil para reducir la disminución muscular en personas de todas las edades, y, según el informe ‘Advances in Nutrition’, de la Sociedad Americana de Nutrición, el consumo de productos lácteos –en especial aquellos con un contenido bajo en grasa– estaría asociado con una disminución del riesgo de padecer diabetes tipo 2.
De hecho, esta misma investigación concluyó que también que el consumo moderado de la leche y sus derivados se asocia con un menor riesgo de cáncer colorrectal y de vejiga, además de disminuir el riesgo de padecer síndrome metabólico.
Adicionalmente, los productos lácteos no aumentan el riesgo de sufrir de enfermedades cardiovasculares y, por el contrario, podrían tener un efecto protector leve.
La vitamina A que contiene la leche también previene la aparición de máculas oculares en la edad adulta, que pueden causar ceguera, y además los lácteos contienen todas las vitaminas del complejo B, por lo que su consumo es beneficioso para la formación de glóbulos rojos en la sangre y al mantenimiento del sistema nervioso central.
“Con este paquete vitamínico tan extenso que contiene la leche, no es un misterio que su consumo diario puede evitar o retardar el momento en el que las personas deban recurrir a suplementos vitamínicos, por lo que lo recomendable para una persona sin mayores inconvenientes de salud es llevar una dieta sana, realizar con regularidad actividad física y consumir productos lácteos diariamente, sin necesidad de ayudas externas, como estos suplementos”, añadió la experta.
Y concluyó: “si la persona se encuentra en un punto en el que se necesita el consumo de suplementos vitamínicos, previa prescripción de un profesional, la leche no podrá reemplazarlos, pero si es recomendable acompañarlos de una alimentación que incluya raciones diarias de leche o lácteos permitidos (como los bajos en grasa o deslactosados), si se cuenta con una condición que presente algunas restricciones alimenticias”.