El suelo es uno de los principales protagonistas en la actividad agropecuaria debido a que presta el servicio para el alimento de los animales y también para la producción de alimentos. Conozca qué sucede en los suelos ganaderos.
Claudia Alejandra Medina Uribe, doctora en ciencias e investigadora recursos biológicos en el Instituto Alexander Von Humbold, indica en una charla de Fedegán que “el ganado bovino llegó con los españoles a América, que tenia una fauna nativa muy diferente, lo cual hizo una transformación muy importante en nuestros ecosistemas naturales”.
La ganadería se expandió en la zona Andina cuando llegaron los españoles, generando un gran reemplazo de bosque nativos, lo cual implicó que llegaran a esta zona algunos pastos africanos como las brachiarias, kikuyo, etc.
“Se hizo un reemplazo de un ecosistema con bosque que es altamente diverso con cientos de especies de plantas por un sistema simplificado como es el potrero en la cual hay dos o tres especies. Esto ha implicado una pérdida de la diversidad, no solamente de las plantas sino que ha disminuido la función ecológica del suelo sino que ha traído contaminación química y emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)”, describe Medina Uribe.
Es este contexto lo que le sirve al sector para tener claro qué se tiene que revertir y qué se puede mejorar para apuntarle a una ganadería sostenible.
Para la académica, hay que tener claro las diferencias que tienen los suelos del bosque a los del potrero. “En el primero tenemos arboles que cuentan con raíces profundas y muy ramificadas que hacen un proceso de aireación y de penetración profunda en suelo. En el potrero en cambio tenemos los pastos que tienen raíces cortas y eso hace que se pierda esa funcionalidad de las raíces con respecto a los árboles”, menciona Medina Uribe.
A esto le suma que en los bosques existe la presencia de la hojarasca, lo que implica que haya mayor cantidad de materia orgánica que se pierde en el potrero, lo cual quiere decir que este tipo de sistemas bajo un mejor manejo puede generar mayores beneficios con la presencia de los escarabajos que se encargan de recuperar algunas de las funciones ecológicas que se han perdido al quitar completamente un bosque.
Escarabajos bio-recicladores
“Les he llamado escarabajos bio-recicladores, precisamente porque están haciendo el trabajo de reciclar la boñiga del ganado que está sobre la superficie, introduciéndola al suelo y está función ecológica que están generando bajo su ciclo de vida, está permitiendo un flujo de energía que es una herramienta para la sostenibilida”, expone Medina Uribe.
Según la experta, se considera que el 40 % de la diversidad de insectos en el país son escarabajos, ocupando muchos nichos y llegando a tener distintos tipos de hábitos alimenticios.
Si se ven en una escala evolutiva, “vamos a ubicar a esos escarabajos en unas eras geológicas importantes. La familia scarabaeidae donde están los escarabajos que evolucionaron a partir de las plantas con flores y los coprófagos se calculan que están hace unos 65 millones de años en la tierra”.
Esto quiere decir que esta especie estuvo mucho antes en la tierra, razón por la “que hay mucho que aprender de ellos en sus experiencias de función ecológica dentro de los ecosistemas”, concluye Medina Uribe.