En la nutrición animal se da mucha importancia a las proteínas y energía, muchas veces olvidándose de los minerales, que son el tercer grupo limitante en la nutrición, siendo a su vez, el que tiene mayor potencial y menos costo para incrementar la producción del ganado.

Uno de los microminerales es el Selenio, que junto con la Vitamina E influyen en el desempeño productivo y reproductivo de animales adultos, específicamente en las vacas lecheras. Estos dos elementos están ligados debido a las funciones biológicas y metabólicas que protegen las membranas celulares contra la degeneración y muerte de los tejidos, que son necesarios para obtener respuestas inmunes adecuadas en el ganado. (Lea: Ganadero, tenga en cuenta la importancia del selenio)

De acuerdo con un artículo publicado por José Ruiz Arredondo, coordinador técnico del portal Química Farvet, la vitamina E es un antioxidante liposoluble, componente integral de las membranas celulares y el selenio es un componente de la enzima glutatión peroxidasa que al ser hidrosoluble se localiza en el citosol celular.

Al tener funciones similares, dieras con altos niveles de vitamina E disminuyen los requerimientos de selenio y viceversa, pero debido a la diferencia en la solubilidad, y por tanto en la localización en la célula ambos nutrientes son necesarios para el funcionamiento del sistema antioxidante.

El selenio en dieta, adicionado a la Vitamina E, actúa conjuntamente para aumentar la eficiencia de la fagocitosis por las células de defensa, siendo fundamental para la salud del sistema inmune. El selenio participa en varios sistemas enzimáticos que están relacionados con las enzimas que tienen efecto antioxidante como la glutationa peroxidades y otras más.

Existe una gran cantidad de alteraciones provocadas en el ganado como consecuencia de una deficiencia de las concentraciones normales de selenio. En el aspecto reproductivo se presenta una alteración de la fertilidad, incrementando la retención placentaria, muerte embrionaria, un retraso de la involución uterina, metritis, estros silenciosos, alteraciones en las tasas de concepción, ovarios quísticos y mayor incidencia de mastitis.

La retención de las membranas fetales ha sido estudiada y documentada como la causa de una gran cantidad de desordenes reproductivos. De acuerdo al artículo, hay datos que muestran que en un numero de 60.000 partos, la incidencia de retención placentaria fue alrededor de 10.3% y que las deficiencias de selenio y vitamina E constituyen la causa nutricional más importante. (Lea: Fósforo, selenio y vitaminas A, D y E ayudan a mejorar el desempeño productivo)

La deficiencia de selenio y vitamina E han sido relacionados con desórdenes reproductivos y productivos en animales adultos como la retención de placenta, abortos, mortalidad embrionaria temprana e infertilidad, mastitis clínica y subclínica, mayor recuento de células somáticas en leche, etc.

Las deficiencias de estos minerales y vitaminas están asociadas con enfermedades como la del musculo blanco que afecta el musculo cardiaco y esquelético. Se presenta alta incidencia de infertilidad hasta 30% y alta de muerte embrionaria de 3 a 4 semanas, así como alta incidencia de retención placentaria.

La suplementación con vitamina E y selenio ha sido asociada con una disminución en la incidencia de mastitis y un aumento en la calidad de la leche relacionado con un menos recuento de células somáticas. Considerando los efectos beneficiosos de la vitamina E sobre la función de los neutrófilos se ha postulado que proveer de vitamina E extra a las vacas lecheras en el período periparto puede reducir la incidencia de mastitis. (Lea: Así puede suministrar selenio a sus bovinos sin preocuparse de los riesgos)

Además, el selenio y la vitamina E favorecen la eliminación de la placenta a través del efecto que tienen en la actividad de los leucocitos, ya que estos favorecen su función y su migración.

En los animales de alta producción láctea es común que los requerimientos de vitamina E y selenio excedan la cantidad aportada en la dieta y resulte necesario administrar una cantidad adicional por vía subcutánea antes del parto para reducir la incidencia de retención placentaria y metritis, así como en el posparto para favorecer la viabilidad del embrión y la fertilidad de las vacas.