Existen experimentos y estudios debidamente documentados que indican que el árbol Cañafistulo sirve para varios usos medicinales tanto para los bovinos como para los humanos.
Según el Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria, CIPAV, en Nicaragua, los campesinos distinguen dos tipos de Cañafístulo según la dureza de la vaina: uno más blando, que se reserva como alimento humano y el otro, más duro, adecuado para los bovinos.
El cañafístulo es un árbol mediano (hasta de 18 m de altura y 80 cm de diámetro), que se encuentra desde el sur de México hasta Brasil y las Antillas. (Lea: Disposición de los árboles de sombra para la ganadería)
En Colombia crece en los valles de los ríos Sinú y San Jorge, la depresión momposina y el valle del Cesar.
También se produce en las regiones del Bajo Cauca, los valles del Cauca y Magdalena, el piedemonte llanero y en sectores de la altillanura de la Orinoquía.
Tiene flores rosadas, grandes y vistosas y vainas rojizas, marrones o negras.
A dicho árbol se le ha comprobado el uso medicinal para humanos como laxante con propiedades depurativas y estimulantes.
Igualmente la cocción de las hojas se emplea en el tratamiento de problemas digestivos y las raíces maceradas en alcohol se aplican para aliviar infecciones de la piel.
También se le atribuyen usos contra la anemia que se encuentran documentados y sustentados y con pruebas clínicas.
De acuerdo con CIPAV, el polvo seco del fruto se emplea en la medicina tradicional cubana y nicaragüense para los estados anémicos (Carta Fedegán 101).
Estudios recientes hechos en Cuba comprobaron que dicho árbol mejora la asimilación del hierro y la producción de hemoglobina.
Señala CIPAV que no se le conocen trabajos en medicina veterinaria pero podría ser útil para ayudar a la recuperación de animales que sufren anemias agudas por anaplasmosis y babesiosis. (Lea: ¿Qué es la tristeza parasitaria?)
Una caracterización química del polvo seco producido con base en el fruto de Cañafistulo, reveló la presencia de esteroides, terpenos, aceites esenciales, azúcares reductores, aminoácidos, aminas, saponinas, glicósidos y polisácaridos.