La criptosporidiosis es causada por el parásito intestinal cryptosporidium spp. que es un protozoo con un ciclo de vida bastante complejo y que puede llegar a provocar en los bovinos diarrea, deshidratación, lento crecimiento, mortalidad, acompañado de fiebre, pérdidas de peso, postración y apatía, especialmente en bovinos jóvenes. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Cuáles son los síntomas y cómo tratar la criptosporidiosis en terneros?)
De acuerdo a una investigación realizada por José Julián Sánchez Camacho para la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, aunque “existen estudios que demuestran la presencia de cryptosporidium spp. en bovinos en diferentes regiones del mundo, incluyendo América Latina, existe una falta de información sobre la situación epidemiológica de la criptosporidiosis en bovinos en Colombia”.
En el estudio realizado por Sánchez Camacho en Ubaté Colombia, se encontró una prevalencia general de cryptosporidium spp. de 13.26% en donde los machos tuvieron mayor incidencia que las hembras con un 28.57% y 12.67% respectivamente.
En relación con los grupos etarios evaluados, los bovinos de 2 a 4 años tuvieron la prevalencia más alta con 21.88%, seguido de los individuos menores de 2 años con 12.73% y mayores de 4 años con 12.34%.
Según Sánchez Camacho, los riesgos asociados a la presencia de cryptosporidium spp. en bovinos está relacionado con la mala práctica y manejo en las fincas, el arriendo de pastos y la inclusión de animales nuevos en las fincas lecheras.
El profesional asegura que “las diferencias en las tasas de infección por cryptosporidium spp. entre regiones pueden atribuirse a múltiples factores interrelacionados, como las prácticas de manejo de animales, la densidad de cría, la concentración de alimentación animal, el tipo de ganado, las condiciones climáticas y de agua, y la diversidad genética de las cepas del parásito en cada área”.
De igual forma, en el estudio se destaca que la incidencia de este parásito está relacionado con los sistemas de producción que se maneje en la finca, llegando a prevalecer en sistemas de lechería intensiva con alta densidad de animales.
Lo anterior favorece la propagación del parásito y la generación de tasa de infección alta, en contraste con los sistemas semi-intensivos o intensivos que mantienen una contaminación continua del entorno.
En palabras de Sánchez Camacho, “a pesar que investigaciones previas habían sugerido que una alta carga animal y el estabulamiento eran factores de riesgo significativos para la criptosporidiosis bovina, los hallazgos indican que, en este contexto, donde predominan las ganaderías extensivas, estos factores no mostraron un relación significativa con la infección. En cambio, factores relacionados como las prácticas de manejo presentaron asociación estadística”.
Además, el estudio encontró una fuerte asociación entre la procedencia del agua y la infección por cryptosporidium spp., especialmente en el caso de las fuentes de agua no tratadas, como las que provienen por quebradas, siendo esta una de las principales causas de diarrea infecciosa tanto en humanos como en ganado.
Finalmente, el profesional describe que “el arrendamiento de potreros puede influir en la propagación del parásito si no se realizan prácticas adecuadas de limpieza y mantenimiento en estos terrenos. Esto subraya la importancia de una gestión adecuada de los potreros para evitar la acumulación de parásitos y la contaminación ambiental”. (Lea en CONtexto ganadero: Criptosporidiosis en ganado bovino puede transmitirse a los humanos)