El consumo de energía de un animal controla tanto la tasa como la composición de la ganancia, en tanto que las dietas con alta cantidad de proteína suministran un mayor nivel de aminoácidos al duodeno, mejorando el consumo de alimentos y el uso de productos de fermentación ruminal.
En primer, el ingeniero agrónomo argentino Aníbal Fernández Meyer señaló que el consumo energético está regulado por el ambiente ruminal (presión osmótica, concentración y absorción de ácidos grasos volátiles –AGV–), y el uso y absorción de nutrientes.
Asimismo, la utilización eficiente de la energía metabolizable (EM) para el crecimiento es mayor para retener lípidos que para retener proteína, debido a que los primeros gastan menos energía que las proteínas. (Lea: Cuidado con el exceso de proteína en la dieta de sus vacas)
También observó que el músculo crece a un ritmo diferencial que el hueso, dependiendo del coeficiente energía/proteína de la dieta. Una dieta alta en proteína y baja en energía favorece el crecimiento del hueso sobre el músculo y la grasa.
Comparada con la proporción de ganancia de peso, la tasa de deposición de proteína fue menor por el consumo de energía que la grasa. De acuerdo con el experto, cuando se limita el consumo de energía, se altera la composición corporal, provocando un aumento en el tamaño del animal.
Fernández reveló que investigadores encontraron que el incremento en la concentración de EM acortó la fase de crecimiento y elevó significativamente el porcentaje de grasa de depósito. (Lea: Tenga cuidado con el suministro de energía en vacas preparto)
Agregó que los sitios de síntesis de grasa se alteran según el nivel de glucosa en la sangre, aumentando la síntesis a nivel intestinal cuando escasea la glucosa, lo que explicaría por qué el incremento de almidón en el intestino mejora la terminación en vacunos.
En cuanto al suministro de proteína, se mejora el nivel de aminoácidos al duodeno, lo que podría aumentar la ganancia de peso y la retención de grasa. Aunque el ingeniero agrónomo también anotó que dietas muy elevadas en proteína pueden tener efecto negativo en estos 2 aspectos.
Esto ocurre cuando aumenta el nivel de amoníaco en el rumen, que puede afectar negativamente la liberación de insulina y el metabolismo de la glucosa, generando también la disminución de EM del alimento. (Lea: Métodos para incrementar cantidad de proteína en la leche)
Fernández concluyó que cuando los animales alcanzan una alta tasa de crecimiento provocado por una dieta rica en energía y proteína, el contenido de grasa en la res se eleva resultando en animales con mejor grado de terminación pero menores pesos de faena, por lo menos en bovinos precoces.