Construir instalaciones para animales desde la lógica del comportamiento humano no tiene mayor sentido y terminará en pérdidas. Resulta por tanto valioso disponer el espacio de acuerdo con el comportamiento instintivo de los animales.   A propósito de la serie de Foros que Fedegán está adelantando sobre el tema "Ganadería doble propósito: un buen negocio para el Caribe", para llevar a los ganaderos los conocimientos y experiencias que ha acumulado a lo largo de muchos años de trabajo, hoy se hará referencia a las instalaciones.   Nos dice Luis Guillermo Fuentes González, médico veterinario de la Universidad Nacional, en la publicación de Fedegán “Ganadería del trópico bajo: un negocio de ganadores” al referirse al proceso lechero, que este requiere ser visto desde distintos ángulos. Ya vimos el relacionado con la hembra, y hoy se dedicará espacio a las instalaciones.   Desde las instalaciones:   Construir instalaciones para animales desde la lógica del comportamiento humano no tiene mayor sentido y terminará en pérdidas. De tal manera que resulta valioso disponer el espacio de acuerdo con el comportamiento instintivo de los animales, algo que el profesional está en capacidad de descifrar si se dedica a estudiarlos con atención. Si el hombre observa a los animales puede entender cuáles son sus necesidades y adecuar el espacio para que estas sean satisfechas.   Afortunadamente ya se estudia, se valora y se investiga la Etología Animal (comportamiento) y ya existen expertos en el tema que empiezan a obtener el respeto de quienes antes los miraban con sorna. La doma animal es un oficio en crecimiento, respetable y rentable.   Por ejemplo, las vacas y en general los animales avanzan, caminan hacia adelante, no retroceden, van de lo oscuro a lo claro, retroceder no es propio de los animales. Ver una vaca, un perro, una gallina o cualquier animal caminando espontáneamente en reverso, no sucede. Entonces por qué no se considera este hecho tan elemental al invertir varios millones en las instalaciones, si es de la comodidad de los animales que depende la rentabilidad de la ganadería.   En lo referente a las vacas de ordeño lo adecuado es establecer flujos, que los animales, avanzando, pasen desde lo que se conoce como una sala de espera, al lugar donde se hace el ordeño y de este a un espacio de pos ordeño.   El pre ordeño requiere tranquilidad, sombra, comodidad, lo que se garantiza otorgando un área por animal de 1.5 metros, un techo no menor a 3 metros de altura y ventilación, de ser posible húmeda.   Además, pueden adecuarse abanicos impulsando aire húmedo con la utilización de aspersores que, según investigaciones de muchos estudiosos, funcionan mejor con gota que con nebulizado. Idealmente la entrada de estos sitios debe hacerse pasando por lava patas, ojala con soluciones desinfectantes y protectoras de pezuñas.   El lugar de ordeño debe contar con puestos donde cada vaca es ubicada individualmente. Puede ser una simple palangana con un poste al cual se amarra la vaca, hasta la espina de pescado, el tándem o cualquier otro tipo de brete para ordeño mecánico.   Es claro que el puesto de ordeño es requisito para hacerlo bien y debe utilizarse de acuerdo a las prácticas de ordeño manual o de ordeño mecánico.   En el sitio de ordeño solo debe estar las vacas dispuestas para este fin, aunque eventualmente también podrán estar los terneros, cuando sea necesaria su presencia para el apoyo.   Allí los animales solo pueden recibir alimentos de bajo volumen, concentrados, secos. Alimentos acuosos y/ o forrajeros, como pastos, silo o heno, (de volumen), dificultan y retrasan el ordeño, además son contaminantes para la leche.   De la misma manera es importante el material del piso, que debe ser idealmente en cemento, rugoso o rayado, nivelado y excelentemente drenado, sin provocar inclinaciones, especialmente hacia el frente, de las vacas en ordeño.   Debe pensarse que este es el lugar donde se logra el producto que trae el dinero constante a la empresa, de esta manera se hará una inversión adecuada teniendo en cuenta que un buen sitio de ordeño debe ser digno para los animales y para quienes desempeñan labores allí.   De frente, sin recular, las vacas pasan a una sección que las conduce al pos ordeño, donde esperan agua para beber en abundancia por lo cual deben poder acceder a ella con facilidad.   Estos bebederos deben ser poco profundos, largos, de agua clara, con rápida reposición (alimentador) idealmente en un sitio donde no se puedan echar los animales.  Posteriormente deberán pasar a un sitio, ojalá una pista de alimentación, para recibir, allí sí, suplementación forrajera de volumen y/o salir a potreros.