Una de las múltiples definiciones de la nutrición de precisión la señala como la provisión de una dieta diaria que cumpla con unos parámetros bien específicos para el beneficio del animal.
En la elaboración del alimento debe tomarse en cuenta las limitaciones que posee el ecosistema en materia de nutrientes. Los alimentos encontrados naturalmente no cumplen con las actuales exigencias de la cría animal, según una nota del portal molinoschampion.com
Para llegar a una matriz de precisión definida, debe estar disponible cierta información analítica sobre el alimento y los ingredientes. Dicha información, si está disponible, llevará a una formulación de dieta más precisa. El análisis químico continuará siendo el punto de referencia para validar otros valores obtenidos mediante determinados procedimientos.
Por su parte el portal agrotendencia.tv, señala que la nutrición de precisión comprende el análisis desde el proceso de diseño de dietas del ganado lechero, donde los atributos de la vaca como el peso, la condición corporal, la cantidad de lactancias acumuladas; así como el desempeño productivo según su etapa de lactancia, hacen que sus requerimientos nutricionales cambien constantemente. Por tanto, su demanda de nutrientes en un momento determinado la hace prácticamente única en relación con el resto del hato de producción. (Lea: 3 puntos básicos de nutrición que debe aplicar toda ganadería)
Si bien lo anterior es ampliamente conocido, con los métodos tradicionales se considera poco práctico alimentar a la vaca ajustando su dieta a los cambios de estado individuales y ambientales del día a día. Por otra parte, en el suministro real del alimento para la vaca existe imprecisión en el ofrecimiento de nutrientes dado que los alimentos son ofrecidos de manera promediada.
Si se tiene en cuenta que las materias primas de alimentación representan más del 40 % del total de los requerimientos económicos para la producción de leche; entonces, resulta muy importante revisar cada fuente de gastos que permita producir de una manera más económica.
Suministrar de manera imprecisa el concentrado implica un consumo de materia prima que sobrepasa o subestima lo que requiere diariamente la vaca para llenar sus necesidades. Por ende, “nos expone a una situación poco explorada de ineficiencia que visualiza el estudio de los “micro desperdicios” como una oportunidad en la mejora económica del productor lechero”.
En la nutrición animal existen técnicas y métodos de cálculo científicamente confiables para conocer el requerimiento de una vaca lechera; a fin de integrar información de aspectos fisiológicos, bioquímicos, productivos y reproductivos del bovino. Gracias a esto, se puede generar un valor de requerimiento nutricional, en otras palabras, la cantidad y tipo de nutrientes necesarios para sostener a ese animal productivo.
Las mediciones pueden ser tradicionales si se usan planillas de peso, producción, exámenes físicos, etc., o pueden ser apoyadas en la tecnología con sensores en las salas de ordeño que miden metabólicamente el animal. Sensores como, por ejemplo, bolos ruminales que se introducen en el primer estómago de la vaca e indican el pH del estómago o la producción de gases, para saber el perfil metabólico del animal. (Lea: Nutrición del ganado: más que dar pastos, agua y suplementos al azar)
De acuerdo con la nota de molinoschampion.com los nutricionistas pueden utilizar la espectroscopia de infrarrojo cercano (NIR) para cumplir con ciertos requisitos. Así es posible lograr una producción óptima de proteínas. También puede respaldarse el proceso de adquisición de alimentos y el control de calidad a través de una evaluación cualitativa de los alimentos entrantes y los alimentos terminados salientes.
A su vez el portal agrotendencia.tv indica que a nivel práctico, en la mayoría de las fincas la alimentación es grupal y generalmente todas estas variables no se toman en cuenta a la hora de suministrar el alimento en el día a día. De manera que el único factor ligado a la regulación del alimento es el propio apetito del animal sobre la ración.
En diversas ocasiones, el hato es segmentado entre dos o tres grupos como máximo, tanto de alta como baja producción, mejorando la precisión; pero ofreciendo al fin y al cabo dietas promedio para los subgrupos que se crean. Lo que implica que no se contemplen las diferencias entre los integrantes de cada subgrupo.
El poseer un mecanismo confiable para diseñar dietas de ganado lechero, pero no poder desplegarlo con precisión práctica, representa un reto técnico para la industria lechera y el profesional en nutrición animal.
Algunas investigaciones reportan que, al mitigar este problema, el retorno económico sobre lo que invierte el productor en materias primas podría ser superior a través de la reducción del desperdicio; más que con el aumento de la producción de leche por animal, lo cual hace necesario abordar el tema del micro desperdicio en alimentación animal como objeto de estudio. (Lea: Estos son los requerimientos nutricionales en los bovinos de ceba)
De acuerdo con una nota de agronegocio.co, la nutrición de precisión genera beneficios reales en las explotaciones lecheras, sin importar su tamaño. Mejoras que se traducen en ahorro de tiempo y dinero y en una producción más rápida y eficiente. Las vacas supervisadas y alimentadas con este detalle producen leche en más cantidad y calidad, optimizan el tiempo en sus estados de preñez, son más sanas y su manejo es más fácil. Adicionalmente, no hay tanto desperdicio en cuidos y suplementos, lo que implica ahorro de dinero.