De acuerdo con el artículo “Principios básicos de fisiología ruminal”, la saliva en los bovinos cumple diversas funciones más allá de la dilución o de lubricante para la digestión del alimento. Conozca de qué está compuesta y cuáles son sus otros aportes.
La saliva de los bovinos es fundamentalmente una mezcla de bicarbonato de sodio (NaHCO3) y fosfato (H2PO4). Otros componentes menores son el calcio y magnesio, y es producida por las glándulas salivales ubicadas alrededor de la cavidad bucal
Los rumiantes presentan dos tipos de glándulas salivales: a) glándulas alcalígenas, como las parótidas, molar inferior y bucales, y b) glándulas mucígenas, como las submandibulares, sublinguales, labiales y faríngeas, cuya secreción es predominantemente mucoproteica.
La secreción mucilaginosa tiene por objeto humedecer el bolo y facilitar la masticación y la deglución, mientras la alcalina, formada especialmente por carbonato, bicarbonato de sodio y fosfato mantiene el pH del rumen en un rango estrecho, cercano a la neutralidad.
Por su parte, este líquido, cuyo pH está 8.2 a 8.4, contiene urea, lo que permite mantener un nivel de nitrógeno más o menos constante en el rumen. (Lea: Los componentes de la leche también dependen del estado del rumen)
La secreción salival de los rumiantes es abundante y variable. Se calcula que las vacas producen aproximadamente de 90 a 190 litros por día, pero cuando son jóvenes, la cantidad que producen es poca o nula, especialmente en el primer mes de vida.
La tasa de flujo varía y aumenta con la alimentación y la rumia, aunque no está relacionada con la materia seca consumida, sino con su estructura. Al rumen entra mucha más agua con la saliva que con el agua ingerida directamente o con el agua contenida en la ración.
En un estudio se encontró que el ganado consumiendo pasto verde recién cortado consumía 250 litros de agua, agua de bebida y saliva. De esos, 178 (83 %) provenían de la saliva. (Lea: Estos son los factores que pueden incidir en el pH del rumen)
La menor tasa de secreción ocurre inmediatamente después que el animal deja de comer. En términos generales, la cantidad de saliva que entra al rumen y retículo cuando el animal está descansando aumentan a medida que se incrementa el intervalo entre comidas.
En el rumen, la saliva forma el líquido para que ocurra la fermentación microbiana y también sirve como medio de transporte para enviar el bolo ruminal a la remasticación en la cavidad bucal y como vehículo durante el vaciado ruminal hacia el abomaso e intestinos.
Otras funciones
La saliva de las vacas contiene cantidades apreciables de nitrógeno (en especial, urea), así como otras fracciones nitrogenadas presentes. La urea es hidrolizada a amoniaco y dióxido de carbono por los microbios ruminales, en donde el nitrógeno es utilizado para las síntesis de proteínas.
Otra función es la de antiespumante. En un experimento realizado en Australia, el empleo de un sustituto de saliva asperjado sobre alfalfa caliente redujo significativamente la ocurrencia de timpanismo espumoso en novillos de engorde.
La producción de saliva está relacionada directamente con la composición de contenido ruminal. A mayor cantidad de fibra presente en el contenido ruminal, mayor será la producción de saliva. (Lea: ¿Cómo influye el estrés calórico en el metabolismo de los bovinos?)
Las vacas en pastoreo producen menos saliva que las alimentadas en comedero. Esto se debe a que en el pastoreo, la lengua actúa únicamente como órgano prensil, mientras que en el comedero, es utilizada más para formar el bolo alimenticio.
Otra razón es que normalmente el ganado consume “forraje más jugoso” en potrero, con mayor contenido de humedad y materia seca, mientras que en el establo, la ración generalmente está compuesta de ingrediente más secos, como forrajes henificados, ensilados y concentrados de granos.