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Enfermedad hemorrágica epizootica

Foto: revistafrisona.com

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Consecuencias de la enfermedad hemorrágica epizoótica en la pezuña bovina

por: CONtexto ganadero- 31 de Diciembre 1969

La enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) tiene afectaciones importantes en la pezuña de las vacas, llegando a generar consecuencias mucho después de portarla.

La EHE es una patología viral que afecta principalmente a los rumiantes y es causada por un virus perteneciente a la familia Reoviridae, del género Orbivirus. Este virus está relacionado estrechamente con el virus de la lengua azul, otra enfermedad viral que afecta a los rumiantes en diversas regiones del mundo. (Lea en CONtexto ganadero: 5 recomendaciones para el cuidado e higiene de las pezuñas en las vacas)

La EHE se transmite exclusivamente a través de vectores, como los mosquitos del género Culicoides spp., y no es contagiosa entre animales, lo que significa que la infección ocurre solo cuando un mosquito infectado pica a un animal susceptible.

De acuerdo a Marc Pineda, médico veterinario especialista en salud podal, los bovinos afectados por EHE suelen presentar una variedad de síntomas clínicos que incluyen fiebre, anorexia, secreciones oculares y nasales, úlceras en la lengua y cavidad bucal, diarreas sanguinolentas, vasculitis, trombosis, úlceras en la ubre y cojeras.

Uno de los síntomas más notorios y debilitantes de la EHE en los bovinos es la cojera, que suele presentarse en las cuatro extremidades de los animales. Esta cojera está asociada con la inflamación de la banda coronaria, también conocida como coronitis.

La banda coronaria es una estructura crítica donde comienza el crecimiento del estuche córneo, es decir, la pezuña. La inflamación de esta zona interrumpe total o parcialmente el desarrollo normal de la pezuña, lo que puede tener consecuencias graves para el animal.

Pineda asegura que además de la inflamación de la banda coronaria, la EHE provoca inflamación en el corion, un tejido vital de la pezuña responsable de generar los queratinocitos que producen el casco, nutrir la pezuña, y fijar sus estructuras internas. El corion también juega un papel fundamental en la absorción de impactos, protegiendo la pezuña de los golpes.

La vasculitis y trombosis generadas por la EHE afectan directamente al corion, lo que resulta en una interrupción del crecimiento de la pezuña y, en casos graves, en un desprendimiento total de la pezuña, proceso conocido como exungulación.

Las vacas afectadas por EHE suelen presentar varias lesiones visibles en las pezuñas, que varían en gravedad. En casos menos graves, se presentan hemorragias difusas a lo largo de la pezuña, especialmente en aquellas que soportan más peso, como las pezuñas laterales en las extremidades posteriores y las medidas en las anteriores.

Además, también pueden presentarse fallos en el crecimiento de la pezuña, lo cual provoca la formación de dobles suelas y la acumulación de material purulento debido a la proliferación bacteriana en áreas donde la materia orgánica se acumula fácilmente.

Según Pineda, estas lesiones, particularmente aquellas que afectan directamente al corion, son extremadamente dolorosas para los bovinos.

Finalmente, lo preocupante es que estas lesiones pueden persistir durante meses después de que los animales hayan superado la fase aguda de la enfermedad, incluso en aquellos que no presentaron síntomas clínicos visibles durante la infección. (Lea en CONtexto ganadero: Estrategias para establecer una buena salud de las pezuñas)