Bajo la dirección de Mauricio Espinoza, zootecnista y propietario del proyecto, esta empresa ganadera ha implementado un sistema silvopastoril intensivo que combina productividad, bienestar animal y cuidado ambiental, marcando un precedente en la ganadería colombiana.
La finca está situada en la vereda Ceibas de leche y fundamenta su operación en la integración de especies forrajeras arbóreas. El pasto mombaza, conocido por su alto rendimiento y valor nutricional, constituye la base de la dieta del ganado, complementado con leguminosas como matarratón y totumo. Estas últimas no solo aportan nutrientes esenciales, sino que también contribuyen a la fertilización del suelo al fijar nitrógeno de manera natural. (Lea en CONtexto ganadero: Cómo mejorar la dieta de los bovinos con la máquina peletizadora)
En el componente forestal, se han establecido plantaciones comerciales de teca junto con árboles nativos como roble, polvillo e igua. Este enfoque no solo garantiza sombra y confort térmico para el ganado, sino que también actúa como refugio para diversas especies animales, promoviendo la biodiversidad en la región.
A esto hay que sumarle que, la dispersión estratégica de los árboles permite una entrada adecuada de luz solar, asegurando el crecimiento óptimo del forraje.
De acuerdo con Espinoza, el éxito de esta ganadería se basa en cuatro pilares fundamentales:
1. Dieta balanceada.
2. Bienestar animal.
3. Manejo riguroso de registros.
4. Mansedumbre del ganado.
El productor le cuenta a este medio que uno de los logros más destacados del sistema silvopastoril de ‘Novillos del Caribe’ es la recuperación de la biodiversidad local. La finca ha evidenciado el retorno de especies animales que no se observaban en la región desde hace años, gracias a la mejora de los ecosistemas generada por las prácticas sostenibles.
Por otro lado, el análisis de suelos realizado por laboratorios de la Corporación colombiana de investigación agropecuaria (Agrosavia), ha demostrado un incremento en la calidad del suelo, reflejo de la implementación de buenas prácticas como el manejo del pasto, el aporte de materia orgánica y la integración de árboles en los lotes. Estas mejoras han llevado a un aumento en la producción de forraje, permitiendo un manejo más eficiente de los recursos.
Además, el 37.5% del área de la finca está destinada como reserva natural, sirviendo como corredor biológico que conecta ecosistemas y contribuye a la conservación de la flora y fauna local.
Reconocimientos y proyección
La apuesta por la sostenibilidad y el cumplimiento de estándares de calidad ha llevado a ‘Novillos del Caribe’ a recibir la certificación de Buenas Prácticas Ganaderas (BPG) por parte del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA). Según Espinoza, en la actualidad, la finca trabaja en la obtención del Sello Ambiental Colombiano, un distintivo que respalda su compromiso con la protección del medio ambiente. (Lea en CONtexto ganadero: Cómo mejorar la dieta de los bovinos con la máquina peletizadora)
Esto demuestra que esta empresa ganadera no solo representa un avance en términos de sostenibilidad, sino que también evidencia que es posible integrar la rentabilidad económica con la conservación ambiental. Su enfoque integral, que combina innovación tecnológica, cuidado animal y restauración ecológica, lo posiciona como un modelo replicable para ganaderos de todo el país.