En Oriente Medio, una empresa israelí inicia la producción de carne de laboratorio con el fin de llegar a los mercados veganos que hoy en día están tomando mucho posicionamiento y terreno alrededor del mundo.

La empresa israelí llamada Future Meat ha abierto la primera instalación de producción de carne bovina. Esto la convierte en la primera fábrica en el mundo de este tipo de entrando en conflicto con la producción ganadera actual.

Actualmente esta fábrica es capaz de producir media tonelada de carne cultivada en laboratorio por día, generando un 80 % menos de gases de efecto invernadero en la atmósfera, utilizando un 99 % menos de tierra y consumiendo un 96 % menos de agua, en comparación con la actividad de cría de ganado vacuno, ovino, porcino y avícola.

Lo novedoso de esta empresa es que podría convertirse en la base para la producción de este alimento en todo el mundo, sobre todo en lugares como Estados Unidos, Reino Unido, países de la Unión Europea y en otras partes del mundo, donde cada día hay más personas que rigen su alimentación bajo dietas vegetarianas. (Lea: 3 consecuencias de eliminar la ganadería y reemplazarla por carne sintética)

Esta producción de carne cultivada de esta fábrica se elabora a partir de líneas de células de estos animales que crecen sin modificaciones genéticas. Según expresa el portal de Future Meat, “eliminamos la necesidad de sacrificar pollos, vacas, corderos o cerdos. Nuestra tecnología patentada alcanza rendimientos 10 veces más altos que el estándar industrial debido a nuestro exclusivo proceso de rejuvenecimiento de medios”.

De acuerdo con la compañía, próximamente también tendrán la capacidad de elaborar productos bovinos, en un proceso que puede ser 20 veces más rápidos que la creación de animales para el matadero.

La empresa cumple con el desafío de presentar una solución rentable para la agricultura celular que es escalable y sostenible por diseño. Future Meat resalta que la carne sin sacrificio no compromete el valor nutricional, el aroma o el sabor.

Lo que dicen los expertos

Hace varios meses, este medio explicó que José Antonio Mendizabal Aizpuru, de la Universidad Pública de Navarra, cuestionó si es más ético y ecológico un proceso que se basa en extraer células vivas de un animal (su hábitat natural) para que proliferen en un entorno de laboratorio que es totalmente ajeno, en el que se usan factores de crecimiento como suelo fetal bovino.

Para este académico, el rol de la ganadería tradicional en esta coyuntura es el de continuar encargándose de preservar hábitats de alto valor ecológico, como la dehesa o las zonas de montaña. “Se ocupará de conservar las razas autóctonas, de mantener limpias las zonas boscosas y de pastos para prevenir los incendios. Además, dará vida a los pueblos vacíos y, por supuesto, producirá alimentos sanos, ecológicos y de calidad nutritiva y sensorial contrastada”, concluye Mendizabal. (Lea: ¿Cuál es el reto de la ganadería frente a la carne artificial o sintética?)