En la era digital, con la proliferación de las redes sociales y la accesibilidad a la información rápida, ha surgido una percepción errónea de que es posible realizar un diagnóstico virtual a un bovino, basándose únicamente en la descripción de los síntomas, en fotos o videos. (Lea en CONtexto ganadero: Veterinario y salud, un binomio ideal en ganadería)
Esta práctica pone en riesgo la salud de los animales y la rentabilidad de las fincas, ya que sustituye el diagnóstico diferencial profesional, que debe realizarse en el campo, por evaluaciones superficiales y a distancia.
El diagnóstico diferencial es un proceso mediante el cual el veterinario identifica una enfermedad al descartar otras patologías que podrían estar causando síntomas similares. En este proceso, el veterinario debe tener en cuenta una serie de factores que van más allá de lo que se puede observar en una imagen o video, como el comportamiento del animal, el entorno en el que vive, su historial de alimentación y posible contacto con otros animales enfermos.
Enrique Rimbaud, médico veterinario especialista en sanidad, explica que “es muy difícil para cualquier veterinario que sepa sobre el tema, diagnosticar a un animal por medio de una foto, un video o por un audio”.
De acuerdo con Rimbaud, estos videos o fotos son materiales con los cuales “los veterinarios nos podemos medio orientar, pero de ahí a sacar un diagnóstico diferencial adecuado es imposible”.
Con la creciente popularidad de las redes sociales, muchos ganaderos han comenzado a utilizar plataformas como Instagram, Facebook o Tiktok para buscar asesoramiento sobre la salud de sus animales. No obstante, esto ha dado lugar a una tendencia peligrosa: la búsqueda de diagnósticos y tratamientos basados en la opinión de usuarios que no son veterinarios o que no cuentan con la experiencia necesaria.
El problema se agrava cuando algunos usuarios promueven tratamientos sin fundamento científico, basado en remedios caseros o en experiencias personales, que pueden empeorar el estado del animal.
Según Rimbaud, por medios de estos videos o fotos, el veterinario “no puede tomar la temperatura del animal, no puede palparlo, ni mucho menos olerlo. Supongo que la tecnología que avanza tan rápido, en cualquier momento nos manda el olor de los animales, pero nunca me va a mandar la carne para palpar”.
Por ejemplo, si un ganadero le envía una foto o un video a un profesional veterinario sobre alguna afectación que tiene un animal, es imposible realizar un diagnóstico exacto sin visitar el lugar y evaluar al animal en su contexto real.
“Lo importante para un clínico, cuando va a revisar al animal aparte de tocarlo, palparlo, olerlo, es hacer un buen diagnóstico diferencial”, detalla Rimbaud. (Lea en CONtexto ganadero: El papel del veterinario en épocas de cambio)
Finalmente, esto lleva a una única solución, hacer consultas pertinentes a los expertos en campo, pues el veterinario no es solo un profesional capacitado para tratar enfermedades, sino que también tiene un conocimiento profundo sobre la biología animal, la epidemiologia y los factores que influyen en la producción ganadera.
Por eso, cuando un veterinario visita una finca, su evaluación va mucho más allá de los síntomas visibles. Se preocupa por aspectos que en un entorno digital pueden pasar desapercibidos, como las interacciones entre los animales, la calidad de las instalaciones, la higiene y el acceso a alimentos de calidad.