Las reses caminan 3 horas al día al ir al ordeño y regresar, pastorean o comen 10 horas y el resto lo dedican a descansar. Las vacas diariamente tienen unas actividades que realizar y estas son comer, descansar y estar en el ordeño. Cuando esto deja de suceder o alguna se retrasa en dichas actividades, algo le pasa o no se encuentran bien de salud. (Lea: Conozca cómo las vacas se acostumbran a rutinas de ordeño) De ahí surge una reducción de la producción y las consecuentes perdidas del negocio ganadero. Para evitar una situación de esta naturaleza la recomendación es revisar diariamente el comportamiento de las actividades de las vacas y asimismo evaluar su evolución y eficiencia durante su desarrollo. Según Felipe Aristizabal, médico veterinario, zootecnista y especialista en producción de leche, “si esto no se cumple no es posible detectar que una hembra se encuentra enferma o no tiene la capacidad para mostrar la eficiencia diaria a la cual está acostumbrada”. Aristizabal recomienda tres pasos fundamentales para tener certeza del comportamiento de las vacas y de manera simultánea, no correr riesgos. 1. Las vacas máximo deben ocupar 3 horas al día entre caminar a la sala de ordeño, ser ordeñadas y regresar a su potrero. Si los tiempos se alargan, podrán ocupar menos tiempo en comer y descansar. (Lea: Cambiar el horario de alimentación puede afectar a los bovinos) 2. Permanecer en pastoreo o comer entre 8 a 10 horas, lo cual garantiza un adecuado consumo de forraje verde que a la vez se traduce en mayor bienestar y producción individual. 3. Tener un espacio cómodo, seco y limpio en el que se puedan echar a descansar, esto permite mejorar el proceso de rumia y un mayor confort. “Observe sus vacas y si detecta que no están haciendo nada durante el día, existe una mala gestión del hato porque no aportan lo que podrían dar al negocio”, resaltó el experto. (Lea: Conozca cómo las vacas se acostumbran a rutinas de ordeño)